Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Josué 9


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1Al enterarse de esto, todos los reyes que estaban de este lado del Jordán, en la Montaña, en la Sefelá, en toda la costa del gran Mar, hasta la región del Líbano –hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos–2se aliaron para combatir de común acuerdo contra Josué y contra Israel.3También los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y con Ai,4y entonces decidieron recurrir a la astucia. Reunieron provisiones para el viaje, tomaron alforjas viejas para sus asnos y unos odres viejos, rotos y vueltos a coser;5se calzaron sandalias viejas y remendadas, y se vistieron con ropa gastada. Todo el pan que llevaban como alimento estaba reseco y reducido a migajas.6Así fueron hasta el campamento de Josué, en Guilgal, y le dijeron, a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano; por eso, hagan una alianza con nosotros».7Pero los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: «Tal vez ustedes habitan por aquí, entre nosotros. ¿Cómo vamos a hacer una alianza con ustedes?».8Ellos dijeron a Josué: «Nosotros somos tus servidores». «¿Quiénes son ustedes?, les preguntó Josué, ¿de dónde vienen?9Ellos le respondieron: «Nosotros, tus servidores, venimos de un país muy lejano, atraídos por el renombre del Señor, tu Dios. Porque hemos oído hablar de él, de todo lo que hizo en Egipto,10y de la manera que trató a los dos reyes amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sijón, el rey de Jesbón, y a Og, el rey de Basán que residía en Astarot.11Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos dijeron: «Provéanse de víveres para el camino, vayan a su encuentro y díganles: somos sus servidores, hagan por lo tanto una alianza con nosotros».12Este es nuestro pan: todavía estaba caliente cuando nos proveímos de él en nuestras casas, el día en que salimos al encuentro de ustedes; ahora está reseco y convertido en migajas.13Estos son los odres de vino: eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están aquí, todos rotos. Y estas son nuestra ropa y nuestras sandalias, gastadas por un viaje excesivamente largo».14Entonces los israelitas comieron de sus provisiones sin consultar la decisión del Señor.15Josué hizo las paces con ellos y también el pacto de conservarles la vida; los jefes de la comunidad, por su parte, les hicieron un juramento.16Pero tres días después de haber concluido este pacto, los israelitas se enteraron de que aquellos hombres eran de un pueblo vecino y que vivían en las inmediaciones.17Entonces levantaron sus carpas, y en tres días llegaron a las ciudades que ellos habitaban. Estas eran Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Iearím.18Los israelitas no los mataron, porque los jefes de la comunidad les habían hecho un juramento por el Señor, el Dios de Israel. Pero toda la comunidad murmuró contra sus jefes.19Los jefes declararon a la comunidad en pleno: «Nosotros les hemos prestado un juramento por el Señor, el Dios de Israel, y ahora no podemos tocarlos.20Haremos con ellos lo siguiente: los dejaremos vivir para no atraer sobre nosotros la ira del Señor, a causa del juramento que les hemos hecho».21Luego los jefes les dijeron: «¡Qué vivan! Pero estarán al servicio de la comunidad como leñadores y aguateros». Y la comunidad obró de acuerdo con lo que habían dicho los jefes.22Josué hizo comparecer a los gabaonitas y les dijo: «¿Por qué ustedes nos han engañado asegurando que vivían muy lejos de nosotros, cuando en realidad viven aquí, en las inmediaciones?23Ahora pesa sobre ustedes una maldición, y por eso nunca faltarán entre ustedes esclavos, que sirvan como leñadores y aguateros en la Casa de mi Dios».24Ellos respondieron a Josué: «Nosotros estábamos perfectamente informados de que el Señor, tu Dios, había dado a su servidor Moisés la orden de entregarles todo el país, y de exterminar a todos los habitantes que encontraran a su paso. Ante la presencia de ustedes, temimos mucho por nuestras vidas, y por eso hemos hecho esto.25Ahora nos tienes en tus manos; trátanos como te parezca más conveniente y justo».26Pero Josué los trató según lo convenido y los libró de los Israelitas, que no los mataron.27Desde aquel día, Josué los destinó a cortar leña y a sacar agua para la comunidad y para el altar del Señor, en el lugar que el Señor eligiera. Esto es lo que hacen todavía hoy.