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Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Salmos 104


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1Bendice al Señor, alma mía:

¡Señor, Dios mío, qué grande eres!

Estás vestido de esplendor y majestad
2y te envuelves con un manto de luz.

Tú extendiste el cielo como un toldo

3y construiste tu mansión sobre las aguas.

Las nubes te sirven de carruaje

y avanzas en alas del viento.
4Usas como mensajeros a los vientos,

y a los relámpagos, como ministros.
5Afirmaste la tierra sobre sus cimientos:

¡no se moverá jamás!
6El océano la cubría como un manto,

las aguas tapaban las montañas;
7pero tú las amenazaste y huyeron,

escaparon ante el fragor del trueno.
8Subieron a las montañas,

bajaron por los valles,

hasta el lugar que les habías señalado:

9les fijaste un límite que no pasarán,

ya no volverán a cubrir la tierra.
10Haces brotar fuentes en los valles,

y corren sus aguas por las quebradas.
11Allí beben los animales del campo,

los asnos salvajes apagan su sed.
12Las aves del cielo habitan junto a ellas

y hacen oír su canto entre las ramas.
13Desde lo alto riegas las montañas,

y la tierra se sacia con el fruto de tus obras.
14Haces brotar la hierba para el ganado

y las plantas que el hombre cultiva,

para sacar de la tierra el pan
15y el vino que alegra el corazón del hombre,

para que él haga brillar su rostro con el aceite

y el pan reconforte su corazón.
16Se llenan de savia los árboles del Señor,

los cedros del Líbano que él plantó;
17allí ponen su nido los pájaros,

la cigüeña tiene su casa en los abetos;
18los altos peñascos son para las cabras,

y en las rocas se refugian los erizos.
19Hiciste la luna para medir el tiempo,

señalaste el sol el momento de su ocaso;

20mandas la oscuridad, y cae la noche:

entonces rondan las fieras de la selva
21y los cachorros rugen por la presa,

pidiendo a Dios su alimento.

22Haces brillar el sol y se retiran,

van a echarse en sus guardias:

23entonces sale el hombre a trabajar,

a cumplir su jornada hasta la tarde.
24¡Qué variadas son tus obras, Señor!

¡Todo lo hiciste con sabiduría,

la tierra está llena de tus criaturas!

25Allí está el mar, grande y dilatado,

donde se agitan, en número incontable,

animales grandes y pequeños.
26Por él transitan las naves, y ese Leviatán

que tú formaste para jugar con él

27Todos esperan de ti

que les des la comida a su tiempo:
28se la das, y ellos la recogen;

abres tu mano, y quedan saciados.

29Si escondes tu rostro, se espantan;

si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.
30Si envías tu aliento, son creados,

y renuevas la superficie de la tierra.

31¡Gloria al Señor para siempre,

alégrese el Señor por sus obras!

32El mira, y la tierra se estremece;

toca las montañas, y echan humo.

33Cantaré al Señor toda mi vida;

mientras yo exista, celebraré a mi Dios:

34que mi canto le sea agradable,

y yo me alegraré en el Señor.

35Que los pecadores desaparezcan de la tierra

y los malvados ya no existan más.

¡Bendice al Señor, alma mía!

¡Aleluya!