1 Entonces Tobías llamó a Rafael y le dijo: | 1 Entonces Tobías llamó a Rafael y le dijo: |
2 «Hermano Azarías, toma contigo cuatro servidores y dos camellos, y ve a Ragués. | 2 «Hermano Azarías, toma contigo cuatro servidores y dos camellos, y ve a Ragués. |
3 Preséntate a Gabael, entrégale el recibo y ocúpate del dinero; luego tráelo contigo a la boda. | 3 Preséntate a Gabael, entrégale el recibo y ocúpate del dinero; luego tráelo contigo a la boda. |
4 Tú sabes que mi padre está contando los días. Si me demoro un solo día más le daré un gran disgusto. | 4 Tú sabes que mi padre está contando los días. Si me demoro un solo día más le daré un gran disgusto. |
5 Por lo demás, conoces el juramento que hizo Ragüel, y yo no puedo quebrantarlo». Rafael partió para Ragués de Media con los cuatro servidores y los dos camellos, y se alojaron en la casa de Gabael. Le presentó el recibo y le dio la noticia de que Tobías, hijo de Tobit, se había casado y lo invitaba a la boda. Gabael contó en seguida las bolsas de dinero con los sellos intactos, y las cargaron sobre los camellos. | 5 Por lo demás, conoces el juramento que hizo Ragüel, y yo no puedo quebrantarlo». Rafael partió para Ragués de Media con los cuatro servidores y los dos camellos, y se alojaron en la casa de Gabael. Le presentó el recibo y le dio la noticia de que Tobías, hijo de Tobit, se había casado y lo invitaba a la boda. Gabael contó en seguida las bolsas de dinero con los sellos intactos, y las cargaron sobre los camellos. |
6 Por la mañana temprano, partieron juntos para la boda. Al llegar a la casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa. Tobías se levantó de un salto y lo saludó. Gabael lloró y lo bendijo con estas palabras: «¡Qué hijo tan bueno de un padre excelente, justo y generoso! Que el Señor te dé la bendición del Cielo, a ti y a tu mujer, a tu padre y a los padres de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha permitido ver el vivo retrato de mi primo Tobit!». | 6 Por la mañana temprano, partieron juntos para la boda. Al llegar a la casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa. Tobías se levantó de un salto y lo saludó. Gabael lloró y lo bendijo con estas palabras: «¡Qué hijo tan bueno de un padre excelente, justo y generoso! Que el Señor te dé la bendición del Cielo, a ti y a tu mujer, a tu padre y a los padres de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha permitido ver el vivo retrato de mi primo Tobit!». |