Scrutatio

Sabato, 11 maggio 2024 - San Fabio e compagni ( Letture di oggi)

Marcos 3


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.1 Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada.
2 Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo.2 Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle.
3 Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: «Ven y colócate aquí delante».3 Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio».
4 Y les dijo: «¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?». Pero ellos callaron.4 Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
5 Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: «Extiende tu mano». El la extendió y su mano quedó curada.5 Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». El la extendió y quedó restablecida su mano.
6 Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él.6 En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.
7 Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea.7 Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea,
8 Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón.8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él.
9 Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.9 Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran.
10 Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo.10 Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle.
11 Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».11 Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios».
12 Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.12 Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.
13 Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él,13 Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él.
14 y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar14 Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar
15 con el poder de expulsar a los demonios.15 con poder de expulsar los demonios.
16 Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro;16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro;
17 Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno;17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno;
18 luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo,18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo
19 y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.
20 Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer.20 Vuelve a casa. Se aglomera otra vez la muchedumbre de modo que no podían comer.
21 Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: «Es un exaltado».21 Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de él, pues decían: «Está fuera de sí».
22 Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios».22 Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios».
23 Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: «¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?23 El, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
24 Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir,24 Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir.
25 Y una familia dividida tampoco puede subsistir.25 Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir.
26 Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llega a su fin.26 Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin.
27 Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.27 Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa.
28 Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran.28 Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean.
29 Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre».29 Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno».
30 Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro».30 Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo».
31 Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.31 Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar.
32 La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera».32 Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
33 El les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».33 El les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?»
34 Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos.34 Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos.
35 Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».35 Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».