Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Salmos 22


font

1Del maestro de coro. Según la melodía de «La cierva de la aurora». Salmo de David.
2Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

¿Por qué estás lejos de mi clamor y mis gemidos?

3Te invoco de día, y no respondes,

de noche, y no encuentro descanso;
4y sin embargo, tú eres el Santo,

que reinas entre las alabanzas de Israel.
5En ti confiaron nuestros padres:

confiaron, y tú los libraste;
6clamaron a ti y fueron salvados,

confiaron en ti y no quedaron defraudados.
7Pero yo soy un gusano, no un hombre;

la gente me escarnece y el pueblo me desprecia;
8los que me ven, se burlan de mí,

hacen una mueca y mueven la cabeza, diciendo:
9«Confió en el Señor, que él lo libre;

que lo salve, si lo quiere tanto».

10Tú, Señor, me sacaste del seno materno,

me confiaste al regazo de mi madre;
11a ti fui entregado desde mi nacimiento,

desde el seno de mi madre, tú eres mi Dios.

12No te quedes lejos, porque acecha el peligro

y no hay nadie para socorrerme.
13Me rodea una manada de novillos,

me acorralan toros de Basán;

14abren sus fauces contra mí

como leones rapaces y rugientes.

15Soy como agua que se derrama

y todos mis huesos están dislocados;

mi corazón se ha vuelto como cera

y se derrite en mi interior;
16mi garganta está seca como una teja

y la lengua se me pega al paladar.
17Me rodea una jauría de perros,

me asalta una banda de malhechores;

taladran mis manos y mis pies
18Yo puedo contar todos mis huesos;

ellos me miran con aire de triunfo,

19se reparten entre sí mi ropa

y sortean mi túnica.
20Pero tú, Señor, no te quedes lejos;

tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme
21Libra mi cuello de la espada

y mi vida de las garras del perro.
22Sálvame de la boca del león,

salva a este pobre de los toros salvajes.
23Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos,

te alabaré en medio de la asamblea:

24«Alábenlo, los que temen al Señor;

glorifíquenlo, descendientes de Jacob;

témanlo, descendientes de Israel.

25Porque él no ha mirado con desdén

ni ha despreciado la miseria del pobre:

no le ocultó su rostro

y lo escuchó cuando pidió auxilio»
26Por eso te alabaré en la gran asamblea

y cumpliré mis votos delante de los fieles:
27los pobres comerán hasta saciarse

y los que buscan al Señor lo alabarán.

¡Que sus corazones vivan para siempre!

28Todos los confines de la tierra

se acordarán y volverán al Señor;

todas las familias de los pueblos

se postrarán en su presencia.

29Porque sólo el Señor es rey

y él gobierna a las naciones.

30Todos los que duermen en el sepulcro

se postrarán en su presencia;

todos los que bajaron a la tierra

doblarán la rodilla ante él,

y los que no tienen vida

31glorificarán su poder.

Hablarán del Señor a la generación futura,

32anunciarán su justicia a los que nacerán después,

porque esta es la obra del Señor.