Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

1 Samuel 3


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1El joven Samuel servía al Señor en la presencia de Elí. La palabra del Señor era rara en aquellos días, y la visión no era frecuente.2Un día, Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos comenzaban a debilitarse y no podía ver.3La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios.4El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy».5Samuel fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy, porque me has llamado». Pero Elí le dijo: «Yo no te llamé; vuelve a acostarte». Y él se fue a acostar.6El Señor llamó a Samuel una vez más. El se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy, porque me has llamado». Elí le respondió: «Yo no te llamé, hijo mío; vuelve a acostarte».7Samuel aún no conocía al Señor, y la palabra del Señor todavía no le había sido revelada.8El Señor llamó a Samuel por tercera vez. El se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy, porque me has llamado». Entonces Elí comprendió que era el Señor el que llamaba al joven,9y dijo a Samuel: «Ve a acostarte, y si alguien te llama, tú dirás: Habla, Señor, porque tu servidor escucha». Y Samuel fue a acostarse en su sitio.10Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: «¡Samuel, Samuel!». El respondió: «Habla, porque tu servidor escucha».11El Señor dijo a Samuel: «Mira, voy a hacer una cosa en Israel, que a todo el que la oiga le zumbarán los oídos.12Aquel día, realizaré contra Elí todo lo que dije acerca de su casa, desde el comienzo hasta el fin.13Yo le anuncio que condeno a su casa para siempre a causa de su iniquidad, porque él sabía que sus hijos maldecían a Dios, y no los reprendió.14Por eso, juro a la casa de Elí: jamás será expiada la falta de su casa, ni con sacrificios ni con oblaciones».15Samuel se quedó acostado hasta la mañana. Después abrió las puertas de la Casa del Señor, pero no se atrevía a contar la visión a Elí.16Entonces Elí lo llamó y le dijo: «Samuel, hijo mío». «Aquí estoy», respondió él.17Elí preguntó: «¿Qué es lo que te ha dicho? Por favor, no me ocultes nada. Que Dios te castigue, si me ocultas algo de lo que él te dijo».18Samuel le contó todo, sin ocultarte nada. Elí exclamó: «El es el Señor; que haga lo que mejor le parezca».19Samuel creció; el Señor estaba con él, y no dejó que cayera por tierra ninguna de sus palabras.20Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel estaba acreditado como profeta del Señor.21El Señor continuó apareciéndose en Silo, porque era allí donde él se revelaba a Samuel.