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Lunedi, 13 maggio 2024 - Beata Vergine Maria di Fatima ( Letture di oggi)

Josué 10


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Adonisedec, rey de Jerusalén, se enteró de que Josué se había apoderado de Ai y la había consagrado al exterminio, tratando a Ai y a su rey como antes había tratado a Jericó y a su rey. También se enteró de que los gabonitas habían hecho las paces con Israel y se les habían sometido.1 Sucedió, pues, que Adoni Sédeq, rey de Jerusalén, se enteró de que Josué se había apoderado de Ay y la había consagrado al anatema, haciendo con Ay y su rey como había hecho con Jericó y su rey, y de que los habitantes de Gabaón habían hecho las paces con Israel y que estaban en medio de Israel.
2 Esto le produjo un gran temor, porque Gabaón era tan importante como una ciudad real y más grande aún que Ai. Además, todos sus habitantes eran aguerridos.2 Se atemorizó mucho con ello, porque Gabaón era una ciudad grande, como una ciudad real, mayor que Ay, y todos sus hombres eran valientes.
3 Entonces Adonisedec, rey de Jerusalén, hizo llegar a Hohán, rey de Hebrón, a Pirán, rey de Iarmut, a Iafia, rey de Laquís, y a Debir, rey de Eglón, el siguiente mensaje:3 Entonces Adoni Sédeq, rey de Jerusalén, mandó a decir a Hohán, rey de Hebrón, a Piram, rey de Yarmut, a Yafia, rey de Lakís, y a Debir, rey de Eglón:
4 «Vengan conmigo y derrotaremos a Gabaón, porque ellos han hecho las paces con Josué y con los israelitas».4 «Venid en mi auxilio para que derrotemos a Gabaón, pues ha hecho las paces con Josué y con los israelitas».
5 Una vez reunidos, los cinco reyes amorreos –los reyes de Jerusalén, de Hebrón, de Iarmut, de Laquís y de Eglón– marcharon con sus tropas, acamparon frente a Gabaón, y se dispusieron a atacarla.5 Se juntaron y subieron los cinco reyes amorreos: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de Eglón, con todas sus tropas; asediaron Gabaón y la atacaron.
6 Entonces los gabaonitas mandaron decir a Josué, que estaba en el campamento de Guilgal: «No dejes solos a tus servidores. Ven a salvarnos lo antes posible. Ayúdanos, porque todos los reyes amorreos que habitan en la montaña se han reunido contra nosotros».6 Los gabaonitas mandaron a decir a Josué al campamento de Guilgal: No dejes solos a tus siervos; sube aprisa donde nosotros, sálvanos y socórrenos, porque se han aliado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan en la montaña».
7 Josué subió desde Guilgal con todos los combatientes y con todos los guerreros valerosos,7 Josué subió de Guilgal con toda la gente de guerra y todos los guerreros valientes.
8 y el Señor le dijo: «No les temas, porque yo los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir».8 Y Yahveh dijo a Josué: «No les temas, porque los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir».
9 Después de marchar toda la noche desde Guilgal, Josué cayó sobre ellos sorpresivamente.9 Josué cayó sobre ellos de improviso, tras haber caminado toda la noche desde Guilgal.
10 Y el Señor hizo que huyeran despavoridos delante de Israel, de manera que este les infligió una gran derrota en Gabaón. Luego los persiguieron en dirección a la subida de Bet Jorón, y continuaron exterminándolos hasta Azecá y Maquedá.10 Yahveh los puso en fuga delante de Israel y les causó una gran derrota en Gabaón: los persiguió por el camino de la subida de Bet Jorón, y los batió hasta Azecá (y hasta Maquedá).
11 Mientras huían delante de Israel –precisamente cuando estaban en la bajada de Bet Jorón– el Señor arrojó sobre ellos desde el cielo, hasta la altura de Azecá, unas piedras tan grandes que les provocaban la muerte. Fueron más los que murieron a causa del granizo que los que mató Israel al filo de la espada.11 Mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Yahveh lanzó del cielo sobre ellos hasta Azecá grandes piedras, y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras que los que mataron los israelitas a filo de espada.
12 Aquella vez, cuando el Señor puso a los amorreos en manos de los israelitas, Josué se dirigió al Señor y exclamó, en presencia de Israel: «Detente, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Aialón».12 Entonces habló Josué a Yahveh, el día que Yahveh entregó al amorreo en manos de los israelitas, a los ojos de Israel y dijo: «Deténte, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayyalón».
13 Y el sol se detuvo, y la luna permaneció inmóvil, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿No está eso escrito en el libro del Justo? El sol se mantuvo inmóvil en medio del cielo y dejó de correr hacia el poniente casi un día entero.13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿ No está esto escrito en el libre del Justo? El sol se paró en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un día entero.
14 Jamás hubo otro día, ni antes ni después, en que el Señor obedeciera a la voz de un hombre. Realmente, el Señor combatía en favor de Israel.14 No hubo día semejante ni antes ni después, en que obedeciera Yahveh a la voz de un hombre. Es que Yahveh combatía por Israel.
15 Luego Josué regresó al campamento de Guilgal, acompañado de todo Israel.15 Josué volvió con todo Israel al campamento de Guilgal.
16 Aquellos cinco reyes, por su parte, habían logrado escapar, refugiándose en una caverna, cerca de Maquedá.16 Aquellos cinco reyes habían huido y se habían escondido en la cueva de Maquedá.
17 Cuando se notificó a Josué que habían encontrado a los cinco reyes escondidos en esa caverna,17 Se dio aviso a Josué: «Han sido descubiertos los cinco reyes, escondidos en la cueva de Maqedá».
18 les ordenó: «Hagan rodar unas piedras bien grandes hasta la entrada de la caverna, y dejen allí apostados a unos cuantos hombres para que los vigilen.18 Josué respondió: «Rodad unas piedras grandes a la boca de la cueva y poned junto a ella hombres que la guarden.
19 Pero ustedes no se detengan: persigan a sus enemigos y córtenles la retirada, para impedirles que entren en sus ciudades. Porque el Señor se los ha entregado».19 Y vosotros no os quedéis quietos: perseguid a vuestros enemigos, cortadles la retirada, no les dejéis entrar en sus ciudades, porque Yahveh vuestro Dios los ha puesto en vuestras manos».
20 Y cuando Josué y los israelitas los derrotaron por completo, hasta aniquilarlos –sólo algunos fugitivos habían escapado de ellos y se habían refugiado en las ciudades fortificadas–20 Cuando Josué y los israelitas acabaron de causarles una grandísima derrota, hasta acabar con ellos, los supervivientes se les escaparon y se metieron en las plazas fuertes.
21 todo el ejército regresó sano y salvo al campamento de Josué, en Maquedá. Nadie había podido causar el menor daño a los israelitas.21 Todo el pueblo volvió sano y salvo al campamento, junto a Josué, a Maquedá, y no hubo nadie que ladrara contra los israelitas.
22 Entonces Josué dijo: «Despejen la abertura de la caverna, hagan salir a esos cinco reyes, y tráiganlos aquí».22 Dijo entonces Josué: «Abrid la boca de la cueva y sacadme de ella a esos cinco reyes».
23 Así lo hicieron: sacaron de la caverna a los cinco reyes –los reyes de Jerusalén, de Hebrón, de Iarmut, de Laquís y de Eglón–23 Así lo hicieron: le sacaron de la cueva a los cinco reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de Eglón.
24 y una vez que los tuvieron afuera, se los llevaron a Josué. Este convocó a todos los hombres de Israel y dijo a los oficiales que lo habían acompañado: «Acérquense y pongan sus pies sobre la nuca de estos reyes». Ellos se acercaron y les pusieron el pie sobre la nuca.24 En cuanto sacaron a los reyes, Josué llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los capitanes de tropa que le habían acompañado: «Acercaos y poned vuestros pies sobre la nuca de esos reyes». Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre las nucas.
25 Luego continuó diciéndoles: «No tengan miedo ni se acobarden; sean fuertes y valientes, porque el Señor hará lo mismo con todos los enemigos, contra los que ustedes tengan que luchar».25 «No tengáis miedo - les dijo Josué - ni os desaniméis; sed valientes y decididos, porque así hará Yahveh con todos los enemigos con quienes tenéis que combatir».
26 Después de esto, Josué los mandó matar y los hizo colgar de cinco árboles. Allí quedaron suspendidos hasta la tarde,26 Acto seguido, Josué los hirió, les dio muerte y los hizo colgar de cinco árboles, de los que quedaron colgados hasta la tarde.
27 y a la puesta del sol, Josué mandó que los descolgaran de los árboles. Luego los arrojaron en la cueva donde habían estado escondidos, y a la entrada de la misma pusieron grandes piedras, que todavía están allí.27 A la hora de la puesta del sol, a una orden de Josué, los descolgaron de los árboles y los arrojaron a la cueva en que se habían escondido, y echaron unas piedras grandes a la boca de la cueva: allí están todavía hoy.
28 Aquel mismo día, Josué se apoderó de Maquedá y pasó al filo de la espada a la ciudad y a su rey, consagrándolos al exterminio junto con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató al rey de Maquedá como había tratado al rey de Jericó.28 El mismo día Josué tomó Maquedá y la pasó a filo de espada, a ella y a su rey: los consagró al anatema con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó escapar a nadie, e hizo con el rey de Maquedá como había hecho con el rey de Jericó.
29 Luego Josué, con todo Israel pasó de Maquedá a Libná y la atacó.29 Josué, con todo Israel, pasó de Maquedá a Libná y la atacó.
30 El Señor puso a la ciudad y al rey en manos de Israel, que la pasó al fino de la espada con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató a su rey como había tratado al rey de Jericó.30 Y Yahveh la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los seres vivientes que había en ella: no dejó en ella ni uno solo con vida. Hizo con su rey como había hecho con el rey de Jericó.
31 Después Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Laquís, la asedió y la atacó.31 Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Lakís, la asedió y atacó.
32 El Señor puso también a Laquís en manos de Israel, que la conquistó al segundo día, y la pasó al filo de la espada con todos los seres vivientes que había en ella, exactamente como había hecho con Libná.32 Yahveh entregó Lakís en manos de Israel, que la tomó al seguno día, y la pasó a cuchillo con todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Libná.
33 Mientras tanto, Horam, rey de Guézer, subió en ayuda de Laquís; pero Josué lo derrotó, a él y a su ejército, hasta no dejar ningún sobreviviente.33 Entonces Horam, el rey de Guézer, subió en ayuda de Lakís, pero Josué le derrotó a él y a su pueblo, hasta no dejar ni un superviviente.
34 Luego Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón. La sitiaron, la atacaron,34 Josué, con todo Israel, pasó de Lakís a Eglón. La sitiaron y atacaron.
35 y ese mismo día la tomaron y la pasaron al filo de la espada. Aquel día Josué consagró al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, exactamente como había hecho con Laquís.35 La tomaron aquel mismo día y la pasaron a cuchillo. Consagró al anatema aquel día a todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Lakís.
36 Después Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón. La atacaron,36 Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón y a la atacaron.
37 la tomaron, y pasaron al filo de la espada a la ciudad, a su rey, y a todos los seres vivientes que había en ella. Josué no dejó a nadie con vida, sino que hizo con ella lo mismo que había hecho con Eglón: consagró al exterminio a la ciudad y a todos los seres vivientes que había en ella.37 La tomaron y la pasaron a cuchillo, con su rey, todas sus ciudades y todos los seres vivientes que había en ella. No dejó ni un superviviente, igual que había hecho con Eglón. La consagró al anatema, a ella y a todos los seres vivientes que había en ella.
38 Luego Josué, con todo Israel, volvió atrás hasta Debir, la atacó,38 Entonces Josué, con todo Israel, se volvió contra Debir y la atacó.
39 y se apoderó de la ciudad, de su rey y de todas sus otras ciudades. Los israelitas los pasaron al filo de la espada, y consagraron al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, sin dejar a nadie con vida. Josué trató a Debir como había tratado a Hebrón y a su rey, y como había tratado a Libná y a su rey.39 Se apoderó de ella, de su rey y de todas sus ciudades, las pasaron a filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivientes que había en ella, sin dejar uno solo con vida. Como había hecho con Hebrón, así hizo con Debir y su rey, igual que había hecho con Libná y con su rey.
40 Así Josué conquistó toda la región: la Montaña, con todos sus reyes. No dejó a nadie con vida, sino que consagró al exterminio a todos los seres vivientes, como el Señor, Dios de Israel, le había ordenado.40 Batió, pues, Josué todo el país: la Montaña, el Négueb, la Tierra Baja y las laderas, con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Consagró a todos los seres vivientes al anatema, como Yahveh, el Dios de Israel, le había ordenado.
41 Josué conquistó desde Cades Barné hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta Gabaón.41 Josué los batió desde Cadés Barnea hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta Gabaón.
42 En una sola campaña se apoderó de todos estos reyes y de sus territorios, porque el Señor, el Dios de Israel, combatía a favor de los israelitas.42 Se apoderó Josué de todos aquellos reyes y de sus territorios de una sola vez, porque Yahveh, el Dios de Israel, peleaba en favor de Israel.
43 Finalmente, Josué regresó al campamento de Guilgal, acompañado de todo Israel.43 Josué, con todo Israel, se volvió al campamento de Guilgal.