Scrutatio

Martedi, 14 maggio 2024 - San Mattia ( Letture di oggi)

Hechos de los Apóstoles 2


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban.2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.
3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos.3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;
4 Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
5 Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo.5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.
6 Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.6 Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua.
7 Con gran admiración y estupor decían: «¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos?7 Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando?
8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua?8 Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa?
9 Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor,9 Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia,
10 en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma,10 Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos,
11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios».11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios».
12 Unos a otros se decían con asombro: «¿Qué significa esto?».12 Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: «¿Qué significa esto?»
13 Algunos, burlándose, comentaban: «Han tomado demasiado vino».13 Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!»
14 Entonces, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: «Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras:
15 Estos hombres no están ebrios, como ustedes suponen, ya que no son más que las nueve de la mañana,15 No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día,
16 sino que se está cumpliendo lo que dijo el profeta Joel:16 sino que es lo que dijo el profeta:
17 "En los últimos días, dice el Señor, derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes verán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos.17 Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños.
18 Más aún, derramaré mi Espíritu sobre mis servidores y servidoras, y ellos profetizarán.18 Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.
19 Haré prodigios arriba, en el cielo, y signos abajo, en la tierra: verán sangre, fuego y columnas de humo.19 Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra.
20 El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que llegue el Día del Señor, día grande y glorioso.20 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor.
21 Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará".21 Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
22 Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen,22 «Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis,
23 a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles.23 a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos;
24 Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él.24 a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su dominio;
25 En efecto, refiriéndose a él, dijo David: "Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile.25 porque dice de él David: Veía constantemente al Señor delante de mí, puesto que está a mi derecha, para que no vacile.
26 Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza,26 Por eso se ha alegrado mi corazón y se ha alborozado mi lengua, y hasta mi carne reposará en la esperanza
27 porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción.27 de que no abandonarás mi alma en el Hades ni permitirás que tu santo experimente la corrupción.
28 Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia".28 Me has hecho conocer caminos de vida, me llenarás de gozo con tu rostro.
29 Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy.29 «Hermanos, permitidme que os diga con toda libertad cómo el patriarca David murió y fue sepultado y su tumba permanece entre nosotros hasta el presente.
30 Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono.30 Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono un descendiente de su sangre,
31 Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción.31 vio a lo lejos y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción.
32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos.32 A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 Exaltado por el poder de Dios, él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen.33 Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís.
34 Porque no es David el que subió a los cielos; al contrario, él mismo afirma: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha,34 Pues David no subió a los cielos y sin embargo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra
35 hasta que ponga a todos tus enemigos debajo de tus pies".35 hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies.
36 Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».36 «Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado».
37 Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: «Hermanos, ¿qué debemos hacer?».37 Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?»
38 Pedro les respondió: «Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo.38 Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;
39 Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar».39 pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro».
40 Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.40 Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación perversa».
41 Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.41 Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas.
42 Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.42 Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones.
43 Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos.43 El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales.
44 Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común:44 Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común;
45 vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno.45 vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno.
46 Intimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón;46 Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón.
47 ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.47 Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar.