Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Juan 9


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1Al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento.2Sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?».3«Ni él ni sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios.4Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar.5Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo»6Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego,7diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa "Enviado". El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía.8Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?».9Unos opinaban: «Es el mismo». «No, respondían otros, es uno que se le parece». El decía: «Soy realmente yo».10Ellos le dijeron: «¿Cómo se te han abierto los ojos?».11El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: «Ve a lavarte a Siloé». Yo fui, me lavé y vi».12Ellos le preguntaron: «¿Dónde está?». El respondió: «No lo sé».13El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos.14Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos.15Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver. El les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo».16Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado». Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?». Y se produjo una división entre ellos.17Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?». El hombre respondió: «Es un profeta».18Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres19y les preguntaron: «¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?».20Sus padres respondieron: «Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego,21pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta».22Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías.23Por esta razón dijeron: «Tiene bastante edad, pregúntenle a él».24Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: «Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador».25«Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo».26Ellos le preguntaron: «¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?».27El les respondió: «Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?».28Ellos lo injuriaron y le dijeron: «¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés!29Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de dónde es este».30El hombre les respondió: «Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos.31Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero si al que lo honra y cumple su voluntad.32Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento.33Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada».34Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?». Y lo echaron.35Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?».36El respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?».37Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando».38Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él.39Después Jesús agregó: «He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven».40Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «¿Acaso también nosotros somos ciegos?».41Jesús les respondió: «Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: "Vemos", su pecado permanece».