Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Juan 2


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1Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.2Jesús también fue invitado con sus discípulos.3Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino».4Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía».5Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga».6Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.7Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde.8«Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron.9El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo10y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento».11Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.12Después de esto, descendió a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí unos pocos días.13Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén14y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.15Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas16y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio».17Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.18Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?».19Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar».20Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».21Pero él se refería al templo de su cuerpo.22Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.23Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba.24Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos25y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en el interior del hombre.