Scrutatio

Lunedi, 13 maggio 2024 - Beata Vergine Maria di Fatima ( Letture di oggi)

Ezequiel 9


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 El gritó fuertemente a mis oídos: «Acérquense, Castigos de la ciudad, cada uno con su instrumento de exterminio en la mano».1 Entonces gritó a mis oídos con voz fuerte: «¡Se acercan los castigos de la ciudad, cada uno con su azote en la mano!»
2 Entonces llegaron seis hombres del lado de la puerta superior que mira hacia el norte, cada uno con su instrumento de destrucción en la mano. En medio de ellos había un hombre vestido de lino, con la cartera de escriba en la cintura. Todos entraron y se detuvieron delante del altar de bronce.2 Y en esto vinieron, de la dirección del pórtico superior que mira al norte, seis hombres, cada cual con su azote en la mano. En medio de ellos había un hombre vestido de lino con una cartera de escriba a la cintura. Entraron y se detuvieron ante al altar de bronce.
3 La gloria del Dios de Israel se levantó de encima de los querubines sobre los cuales estaba, se dirigió hacia el umbral de la Casa, y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escriba en la cintura.3 La gloria del Dios de Israel se levantó de sobre los querubines sobre los cuales estaba, hacia el umbral de la Casa. Llamó entonces al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escriba a la cintura;
4 El Señor le dijo: «Recorre toda la ciudad de Jerusalén y marca con una T la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella».4 y Yahveh le dijo: «Pasa por la ciudad, por Jerusalén, y marca una cruz en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella».
5 Luego oí que les decía a los otros: «Recorran la ciudad detrás de él, hieran sin una mirada de piedad y sin tener compasión.5 Y a los otros oí que les dijo: «Recorred la ciudad detrás de él y herid. No tengáis una mirada de piedad, no perdonéis;
6 Maten y exterminen a todos, ancianos, jóvenes, niños y mujeres, pero no se acerquen a ninguno que este marcado con la T. Comiencen por mi Santuario». Y comenzaron por los ancianos que estaban delante de la Casa.6 a viejos, jóvens, doncellas, niños y mujeres matadlos hasta que no quede uno. Pero al que lleve la cruz en la frente, no le toquéis. Empezad a partir de mi santuario». Empezaron, pues, por los ancianos que estaban delante de la Casa.
7 Después dijo: «Contaminen la Casa y llenen de víctimas los atrios, luego salgan y golpeen en la ciudad».7 Luego les dijo: «Manchad la Casa, llenad de víctimas los atrios; salid». Salieron y fueron hiriendo por la ciudad.
8 Mientras ellos herían, yo quedé solo y caí con el rostro en tierra. Entonces grité: «¡Ah, Señor! ¿Vas a exterminar todo el resto de Israel, derramando tu furor contra Jerusalén?».8 Mientras ellos herían, yo quedé solo allí y caí rostro en tierra. Exclamé: «¡Ah, Señor Yahveh!, ¿vas a exterminar a todo el resto de Israel, derramando tu furor contra Jerusalén?»
9 El me respondió: «La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es inmensamente grande; el país está lleno de sangre y la ciudad está colmada de injusticia, porque ellos piensan: «El Señor ha abandonado el país, el Señor no ve nada».9 Me dijo: «La culpa de la casa de Israel y de Judá es muy grande, mucho; la tierra está llena de sangre, la ciudad llena de perversidad. Pues dicen: “Yahveh ha abandonado la tierra, Yahveh no ve nada.”
10 Yo tampoco tendrá una mirada de piedad ni me compadeceré, sino que haré recaer sobre ellos su mala conducta».10 Pues bien, tampoco yo tendré una mirada de piedad ni perdonaré. Haré caer su conducta sobre su cabeza».
11 Entonces el hombre vestido de lino, que tenía la cartera de escriba en la cintura, dio cuenta diciendo: «Hice lo que tú me habías ordenado».11 En aquel momento el hombre vestido de lino que llevaba la cartera a la cintura, vino a hacer su relación: «He ejecutado lo que me ordenaste».