Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Baruc 4


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1La Sabiduría es el libro de los preceptos de Dios, y la Ley que subsiste eternamente: los que la retienen, alcanzarán la vida, pero los que la abandona, morirán.2Vuélvete, Jacob, y tómala, camina hacia el resplandor, atraído por su luz.3No cedas a otro tu gloria, ni tus privilegios a un pueblo extranjero.4Felices de nosotros, Israel, porque se nos dio a conocer lo que agrada a Dios.5¡Animo, pueblo mío, memorial viviente de Israel!6Ustedes fueron vendidos a las naciones, pero no para ser aniquilados; es por haber excitado la ira de Dios, que fueron entregados a sus enemigos.7Ustedes irritaron a su Creador, ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios;8olvidaron al Dios, eterno, el que los sustenta, y entristecieron a Jerusalén, la que los crió.9Porque ella, al ver que la ira del Señor se desencadenaba contra ustedes, exclamó: «Escuchen, ciudades vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor.10Yo he visto el cautiverio que el Eterno infligió a mis hijos y a mis hijas.11Yo los había criado gozosamente y los dejé partir con lágrimas y dolor.12Que nadie se alegre al verme viuda y abandonada por muchos. Estoy desolada por los pecados de mis hijos, porque se desviaron de la Ley de Dios:13ellos no conocieron sus preceptos, no siguieron los caminos de sus mandamientos ni anduvieron por las sendas de la instrucción, conforme a su justicia.14¡Que vengan las vecinas de Sión, y recuerden el cautiverio que el Eterno infligió a mis hijos y a mis hijas!15Porque él hizo venir contra ellos a una nación lejana, una nación insolente, de lengua desconocida, que no respetó al anciano ni tuvo compasión del niño;16que se llevó a los hijos queridos de la viuda y la dejó desolada, privándola de sus hijas.17Y yo ¿cómo podré socorrerlos?18El mismo que les infligió esos males los librará de las manos de sus enemigos.19¡Vayan, hijos, vayan, mientras yo me quedo desolada!20Yo me quité el vestido de fiesta, me puse ropa de suplicante y clamaré al Eterno mientras viva.21¡Animo, hijos, clamen a Dios, y él los librará de la tiranía y del poder de sus enemigos!22Porque yo espero que el Eterno les dará la salvación, y el Santo me ha llenado de alegría por la misericordia que pronto les llegará del Eterno, su Salvador.23Yo los dejé partir con dolor y lágrimas, pero Dios los hará volver a mí, con gozo y alegría para siempre.24Así como ahora las ciudades vecinas de Sión están viendo el cautiverio de ustedes, así verán pronto la salvación que les llegará de Dios, con la gran gloria y el esplendor del Eterno.25Hijos, soporten con paciencia la ira que les ha sobrevenido de parte de Dios. Tu enemigo te ha perseguido, pero pronto verás su ruina y pondrás tu pie sobre su cuello.26Mis tiernos hijos han recorrido ásperos caminos, fueron llevados como un rebaño arrebatado por el enemigo.27¡Animo, hijos, clamen a Dios, porque aquel que los castigó se acordará de ustedes!28Ya que el único pensamiento de ustedes ha sido apartarse de Dios, una vez convertidos, búsquenlo con un empeño diez veces mayor.29Porque el que atrajo sobre ustedes estos males les traerá, junto con su salvación, la eterna alegría».30¡Animo, Jerusalén! El que te dio un nombre te consolará.31¡Ay de los que te maltrataron y se alegraron de tu caída!32¡Ay de las ciudades que esclavizaron a tus hijos, ay de aquella que recibió a tus hijos!33Porque así como ella se alegró de tu caída y se regocijó por tu ruina, así se afligirá por su propia desolación.34Yo le quitaré su alegría de ciudad populosa, y su jactancia se convertirá en duelo.35Caerá fuego sobre ella de parte del Eterno durante muchos días, y será morada de los demonios por muy largo tiempo.36Mira hacia el Oriente, Jerusalén, y contempla la alegría que te viene de Dios.37Ahí llegan tus hijos, los que habías visto partir; llegan reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo por la gloria de Dios.