Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Levítico 27


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1El Señor dijo a Moisés:2Habla en estos términos a los israelitas: Si alguien ofrece como voto al Señor la suma equivalente a una persona,3se aplicará la siguiente tasación: Si es un varón de veinte a sesenta años, la suma será de cincuenta siclos de plata, en siclos del Santuario;4y si es una mujer, la suma será de treinta siclos.5Si la edad es de cinco a veinte años, la suma será de veinte siclos por un varón y de diez por una mujer.6Si la edad es de un mes a cinco años, la suma será de cinco siclos de plata por un varón y de tres por una mujer.7Si la edad es de sesenta años en adelante, la suma será de quince siclos por un varón y de diez por una mujer.8Pero si el oferente es demasiado pobre para pagar la suma establecida, se presentará al sacerdote, el cual fijará un equivalente proporcionado a los recursos del que hace el voto.9Si alguien entrega un animal de los que pueden ser presentados al Señor como ofrenda, el animal ofrecido será una cosa sagrada.10No está permitido cambiarlo o sustituirlo por otro, ya sea bueno por malo o malo por bueno. Si alguien sustituye un animal por otro, tanto el animal ofrecido como su sustituto serán una cosa sagrada.11Si se trata de un animal impuro, que no puede ser presentado como ofrenda al Señor, será presentado ante el sacerdote,12el cual lo tasará. Sea alta o baja, se aceptará la tasación fijada por el sacerdote;13y si alguien quiere rescatar el animal, tendrá que añadir un quinto más a la suma establecida.14Si un hombre consagra su casa al Señor, el sacerdote deberá tasarla. Sea alta o baja, se aceptará la tasación fijada por el sacerdote.15Y si el que consagró su casa desea rescatarla, deberá añadir un quinto a la suma en que ha sido tasada, y así volverá a ser suya.16Si un hombre consagra al Señor algún terreno de su propiedad, este será tasado según la cantidad de semilla que se pueda sembrar en él: cincuenta siclos de plata por cada cuatrocientos kilos de semilla de cebada.17Si lo consagra en el año mismo del jubileo, se mantendrá esta tasación.18Pero si consagra su campo después del jubileo, el sacerdote deberá computar el precio en razón de los años que falten para el jubileo, y así se hará el descuento correspondiente.19Si el que consagró su campo lo quiere rescatar, tendrá que añadir un quinto a la suma en que ha sido tasado, y así volverá a ser suyo.20Pero si no rescata su campo y este es vendido a otro, ya no será rescatable:21cuando quede libre en el año jubilar, será consagrado al Señor como si fuera un terreno interdicto, y pasará a ser propiedad del sacerdote.22Si alguien consagra al Señor un campo que compró, pero que no es terreno de su propiedad,23deberá computar el importe de su valor hasta el año del jubileo, y la persona pagará ese mismo día la suma en que ha sido tasado, como una ofrenda consagrada al Señor.24En el año jubilar el campo volverá al que lo vendió, o sea, al verdadero propietario de la tierra.25Todas las tasaciones se harán en siclos del Santuario; cada siclo equivale a veinte gueras.26Sin embargo, nadie podrá consagrar un primogénito de su ganado, ya que, por ser primogénito, pertenece al Señor: sea que se trate de un ternero o de un cordero, pertenecen al Señor.27Pero si se trata de animales impuros, podrán ser rescatados por la suma en que hayan sido tasados, añadiendo una quinta parte de su valor. Si no es rescatado, el animal será vendido por la suma establecida.28Ninguno de los bienes que pertenecen a una persona –ya sea un hombre, un animal o un campo de su propiedad– podrá ser vendido o rescatado si ha sido consagrado al Señor por el exterminio total: todas esas cosas están exclusivamente consagradas al Señor.29Tampoco podrá ser liberada ninguna persona que deba ser exterminada, sino que se le hará morir.30La décima parte de lo que produce la tierra –tanto los campos sembrados como los árboles frutales– pertenece al Señor: es una cosa consagrada al Señor.31Si un hombre quiere rescatar alguna parte de sus diezmos, deberá añadir un quinto de su valor.32La décima parte del ganado mayor o menor –o sea, uno cada diez de todos los animales que pasan bajo el cayado del pastor– será consagrada al Señor.33Nadie deberá seleccionar entre lo bueno y lo malo, o sustituir uno por otro. Si hace el sustituto serán una cosa sagrada, y no se los podrá rescatar.34Estos son los mandamientos que el Señor dio a Moisés para los israelitas sobre la montaña del Sinaí.