Scrutatio

Sabato, 11 maggio 2024 - San Fabio e compagni ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 36


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Ten piedad de nosotros, Dueño soberano, Dios de todas las cosas, y mira, infunde tu temor a todas las naciones.1 Ten piedad de nosotros, Dios, dueño de todas las cosas, mira
y siembra tu temor sobre todas las naciones.
2 Levanta tu mano contra las naciones extranjeras y que ellas vean tu dominio.2 Alza tu mano contra las naciones extranjeras,
para que reconozcan tu señorío.
3 Así como les manifestaste tu santidad al castigarnos, manifiéstanos también tu grandeza castigándolas a ellas;3 Como ante ellas te has mostrado santo con nosotros,
así ante nosotros muéstrate grande con ellas.
4 y que ellas te reconozcan, como hemos reconocido nosotros que no hay otro Dios fuera de ti, Señor.4 Que te reconozcan, como nosotros hemos reconocido
que no hay Dios fuera de ti, Señor.
5 Renueva los signos y repite las maravillas, glorifica tu mano y tu brazo derecho.5 Renueva las señales, repite tus maravillas,
glorifica tu mano y tu brazo derecho.
6 Despierta tu furor y derrama tu ira, suprime al adversario y extermina al enemigo.6 Despierta tu furor y derrama tu ira,
extermina al adversario, aniquila al enemigo.
7 Apresura la hora y acuérdate del juramento, para que se narren tus hazañas.7 Acelera la hora, recuerda el juramento,
y que se publiquen tus grandezas.
8 Que el fugitivo sea devorado por el ardor del fuego, y que encuentren su perdición los que maltratan a tu pueblo.8 Que el fuego de la ira devore al que se escape,
y los que hacen daño a tu pueblo hallen la perdición.
9 Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: «¡No hay nadie fuera de nosotros!».9 Aplasta la cabeza de los jefes enemigos,
que dicen: «Nadie más que nosotros».
10 Congrega a todas las tribus de Jacob, y entrégales su herencia, como al comienzo.10 Congrega todas las tribus de Jacob,
dales su heredad como al principio.
11 Ten piedad, Señor, del pueblo que es llamado con tu Nombre, de Israel, a quien trataste como a un primogénito.11 Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu nombre,
de Israel, a quien igualaste con el primogénito.
12 Ten compasión de Ciudad santa, de Jerusalén, el lugar de reposo.12 Ten compasión de tu santa ciudad,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
13 Llena a Sión de alabanzas por tu triunfo, y a tu pueblo, cólmalo de tu gloria.13 Llena a Sión de tu alabanza,
y de tu gloria tu santuario.
14 Da testimonio a favor de los que tú creaste en el principio, y cumple las profecías anunciadas en tu Nombre.14 Da testimonio a tus primeras criaturas,
mantén las profecías dichas en tu nombre.
15 Dales la recompensa a los que te aguardan, y que se compruebe la veracidad de tus profetas.15 Da su recompensa a los que te aguardan,
y que tus profetas queden acreditados.
16 Escucha, Señor, la oración de los que te suplican, conforme a la bendición de Aarón sobre tu pueblo,16 Escucha, Señor, la súplica de tus siervos,
según la bendición de Aarón sobre tu pueblo.
17 para que todos los que viven en la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno.17 Y todos los de la tierra reconozcan
que tú eres el Señor, el Dios eterno.
18 El estómago asimila toda clase de alimentos, pero hay unos mejores que otros.18 Todo alimento traga el vientre,
pero unos alimentos son mejores que otros.
19 El paladar distingue los manjares y el corazón inteligente descubre las mentiras.19 El paladar distingue por el gusto la carne de caza,
así el corazón inteligente las palabras mentirosas.
20 Un corazón tortuoso provoca contrariedades, pero el hombre de experiencia le da su merecido.20 El corazón perverso da tristeza,
pero el hombre de experiencia le da su merecido.
21 Una mujer acepta cualquier marido, pero unas jóvenes son mejores que otras.21 A cualquier marido acepta la mujer,
pero unas hijas son mejores que otras.
22 La hermosura de la mujer alegra el rostro y supera todos los deseos del hombre.22 La belleza de la mujer recrea la mirada,
y el hombre la desea más que ninguna cosa.
23 Si en sus labios hay bondad y dulzura, su marido ya no es más uno de tantos hombres.23 Si en su lengua hay ternura y mansedumbre,
su marido ya no es como los demás hombres.
24 El que adquiere una mujer tiene el comienzo de la fortuna, una ayuda adecuada a él y una columna donde apoyarse.24 El que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna,
una ayuda semejante a él y columna de apoyo.
25 Donde no hay valla, la propiedad es saqueada, y donde no hay mujer, el hombre gime y va a la deriva.25 Donde no hay valla, la propiedad es saqueada,
donde no hay mujer, gime un hombre a la deriva.
26 ¿Quién puede fiarse de un salteador que va rápidamente de ciudad en ciudad?26 ¿Quién se fiará del ladrón ágil
que salta de ciudad en ciudad?
27 Así sucede con el hombre sin nido, que se alberga donde lo sorprende la noche.27 Así tampoco del hombre que no tiene nido
y que se alberga donde la noche le sorprende.