Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

1 Macabeos 5


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1Cuando las naciones vecinas supieron que había sido reconstruido el altar y restaurado como antes el Santuario, se irritaron profundamente2y decidieron acabar con los descendientes de Jacob que vivían entre ellos. Por eso comenzaron a matar y exterminar a mucha gente del pueblo.3Judas hizo la guerra contra los descendientes de Esaú que habitaban en Idumea, en la región de Acrabatena, porque tenían asediados a los israelitas. Les infligió una gran derrota, cometiéndolos y apoderándose de sus despojos.4Luego se acordó de la maldad de los descendientes de Beán; que eran una trampa y un obstáculo para el pueblo por las emboscadas que le tendían en los caminos.5Los obligó a encerrarse en sus torres, los asedió y los consagró al exterminio total, prendiendo fuego a esas torres con todos los que estaban dentro.6Luego atacó a los amonitas, y allí encontró un fuerte ejército y una población numerosa cuyo jefe era Timoteo.7Después de muchos combates, los desbarató y los deshizo.8También ocupó Iazer y sus poblados, y regresó a Judea.9Los pueblos de Galaad se coaligaron contra los israelitas que vivían en su territorio, para exterminarlos. Pero ellos se refugiaron en la fortaleza de Datemá,10desde donde enviaron una carta a Judas y a sus hermanos, diciéndoles: «Los pueblos que nos rodean se coaligaron para exterminarnos;11ahora se preparan para venir a tomar la fortaleza donde nos hemos refugiado, y Timoteo está al frente de su ejército.12Ven en seguida a librarnos de sus manos, porque muchos de entre nosotros ya han caído;13todos nuestros hermanos que vivían en el país de Tobías han sido matados, sus mujeres y sus hijos fueron llevados cautivos y sus bienes han sido robados. Allí han muerto unos mil hombres».14Cuando todavía estaban leyendo la carta, llegaron otros mensajeros de Galilea, con las vestiduras rasgadas, trayendo esta noticia:15«Los habitantes de Tolemaida, de Tiro, de Sidón y de toda la Galilea de los extranjeros se han coaligado para acabar con nosotros».16Apenas Judas y el pueblo oyeron estas noticias, reunieron una gran asamblea para deliberar sobre lo que debían hacer en favor de sus hermanos que se encontraban en un aprieto, amenazados por sus enemigos.17Judas dijo a su hermano Simón: «Elige algunos hombres y ve a librar a tus hermanos de Galilea; mi hermano Jonatán y yo iremos a la región de Galaad».18Dejó para defender a Judea a José, hijo de Zacarías, y a Azarías, jefe del pueblo, con el resto del ejército,19dándoles esta orden: «Tomen el mando de estas tropas, pero no entren en batalla con los paganos hasta que nosotros volvamos».20Se le asignaron tres mil hombres a Simón para la campaña de Galilea y ocho mil a Judas para la de Galaad.21Simón partió para Galilea y luego de librar muchos combates con los paganos, los derrotó, los obligó a huir22y los persiguió hasta las puertas de Tolemaida. Allí sucumbieron unos tres mil hombres y Judas se apoderó del botín.23Luego tomó consigo a los judíos de Galilea y de Arbatá, con sus mujeres, sus hijos y todos sus bienes, y en medio de una gran alegría los llevó a Judea.24Judas Macabeo y su hermano Jonatán, por su parte, atravesaron el Jordán y caminaron tres días por el desierto.25Allí se encontraron con los nabateos, que los recibieron amistosamente y los pusieron al tanto de lo que les ocurría a sus hermanos de la región de Galaad;26muchos de ellos se encontraban prisioneros en Bosorá y Bosor, en Alemá, Casfó, Maqued y Carnain, que eran ciudades fuertes e importantes;27también había prisioneros en las demás ciudades de Galaad, y sus enemigos tomaban posiciones para atacar las fortalezas al día siguiente, a fin de apoderarse de ellos y exterminarlos a todos de una sola vez.28Inmediatamente, Judas dio vuelta con su ejército y se dirigió por el desierto hacia Bosorá, ocupó la ciudad y después de pasar al filo de la espada a todos los varones, la saqueó por completo y la incendió.29Partió de allí por la noche y avanzó hasta la fortaleza.30Al llegar el día, los judíos divisaron una muchedumbre innumerable que levantaba escaleras y empalizadas para tomar la fortaleza y había pasado a la ofensiva.31Al ver que el ataque ya había comenzado y que el griterío de la ciudad y el sonido de las trompetas subía hasta el cielo,32Judas dijo a sus hombres: «¡Luchen hoy por nuestros hermanos!».33Luego los ordenó en tres columnas y los hizo avanzar por detrás del enemigo, tocando las trompetas y orando a gritos.34Las tropas de Timoteo, apenas se enteraron que era el Macabeo, huyeron ante él. Judas les infligió una gran derrota, y ese día dejaron tendidos unos ocho mil hombres.35Luego se volvió contra Alemá; la atacó, la ocupó y, después de matar a todos los varones, la saqueó y la incendió.36Partiendo de allí, se apoderó de Casfó, Maqued, Bosor y de las demás ciudades de Galaad.37Después de estos acontecimientos, Timoteo reunió un nuevo ejército y acampó frente a Rafón, al otro lado del torrente.38Judas mandó a explorar el campamento y le dieron este informe: «Todas las naciones vecinas se han unido a Timoteo y forman un ejército muy numeroso.39Además, tienen como auxiliares a mercenarios árabes. Ahora están acampados al otro lado del torrente, preparados para atacarle». Entonces Judas salió a su encuentro,40y mientras él se acercaba al torrente con su ejército, Timoteo dijo a sus capitanes: «Si él lo pasa primero y viene sobre nosotros, no podremos resistir, y nos vencerá seguramente;41pero si se atemoriza y acampa al otro lado del río, lo atravesaremos nosotros, caeremos sobre él y lo venceremos».42Cuando Judas llegó al borde del torrente, ubicó a los escribas del pueblo a la orilla y les dio esta orden: «No dejen que ningún hombre quede en el campamento, sino que todos vayan al combate».43El fue el primero en cruzar el río en dirección al enemigo, y toda su gente lo siguió. Todos los paganos quedaron derrotados ante ellos, arrojaron sus armas y corrieron a refugiarse en el templo de Carnain.44Pero los judíos se apoderaron de la ciudad y quemaron el templo con todos los que había adentro. Carnain fue sometida, y ya nadie pudo resistir a Judas.45Judas reunió a todos los israelitas de la región de Galaad, del más pequeño al más grande, con sus mujeres, sus hijos y sus equipajes, para llevarlos al país de Judá: era una inmensa muchedumbre.46Llegaron a Efrón, ciudad importante y muy fortificada, que estaba sobre el camino, por la que tenían que pasar necesariamente, ya que no era posible desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.47Pero los habitantes de la ciudad les negaron el paso y bloquearon las entradas con piedras.48Judas les envió un mensaje en son de paz, diciéndoles: «Permítannos pasar por el territorio de ustedes, para ir a nuestro país; nadie les hará ningún mal, sólo queremos pasar». Como ellos se negaron a abrirle,49Judas hizo anunciar en el campamento que cada uno tomara posición donde se encontraba.50Los soldados ocuparon sus posiciones, y Judas atacó la ciudad todo aquel día y toda la noche, hasta que cayó en sus manos.51Hizo pasar al filo de la espada a todos los varones, arrasó la ciudad, la saqueó y la atravesó por encima de los cadáveres.52Después pasaron el Jordán en dirección a la gran llanura que está frente a Betsán.53Durante todo el trayecto, Judas fue recogiendo a los rezagados y animando al pueblo hasta llegar a la tierra de Judá.54Todos subieron al monte Sión con júbilo y alegría, y ofrecieron holocaustos por haber regresado sanos y salvos sin perder a ninguno de los suyos.55Cuando Judas y Jonatán estaban en el país de Galaad, y su hermano Simón en Galilea, frente Tolemaida,56José, hijo de Zacarías, y Azarías, jefes del ejército, al oír las proezas y combates que aquellos habían llevado a cabo,57dijeron: «Hagámonos célebres también nosotros, luchando contra los paganos que nos rodean».58Entonces ordenaron a las tropas que estaban bajo su mando que avanzaran sobre Iamnia.59Gorgias salió de la ciudad con su ejército para luchar contra ellos.60José y Azarías fueron derrotados y perseguidos hasta la frontera de Judea. Aquel día cayeron alrededor de dos mil israelitas.61Este fue un grave desastre para el pueblo por no haber obedecido a Judas y a sus hermanos, creyéndose capaces de grandes hazañas.62Pero ellos no pertenecían a la estirpe de aquellos hombres a quienes estaba confiada la salvación de Israel.63El valiente Judas y sus hermanos alcanzaron gran celebridad en todo Israel en todas las naciones donde se oía hablar de ellos.64La gente se agolpaba a su alrededor para aclamarlos.65Judas salió con sus hermanos para hacer la guerra a los descendientes de Esaú, en la región meridional. Se apoderó de Hebrón y de sus poblados, destruyó sus fortificaciones e incendió las torres de su alrededor.66Luego partió en dirección al país de los filisteos y atravesó Marisá.67Aquel día, algunos sacerdotes que querían mostrar su valentía, cayeron en el combate por salir a luchar imprudentemente.68En seguida Judas se desvió hacia Azoto, en territorio filisteo: allí derribó sus altares, incendió las estatuas de sus dioses, saqueó sus ciudades, y finalmente, regresó al país de Judea.