Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

2 Reyes 20


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1En aquellos días, Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: «Así habla el Señor: Ordena todos los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más».2Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor, diciendo:3«¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos». Y Ezequías se deshizo en llanto.4Isaías no había salido aún del patio central, cuando le llegó la palabra del Señor:5«Vuelve y dile a Ezequías, el jefe de mi pueblo: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he visto tus lágrimas. Yo te voy a curar: dentro de tres días subirás a la Casa del Señor.6Añadiré otros quince años a tu vida; te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad por mi honor y el de mi servidor David».7Luego dijo Isaías: «Traigan un emplasto de higos». Lo trajeron, lo aplicaron sobre la úlcera, y el rey se curó.8Entonces Ezequías dijo a Isaías: «¿Cuál es la señal de que el Señor me sanará y que dentro de tres días podré subir a la Casa del Señor?».9Isaías respondió: «Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado: ¿La sombra debe avanzar diez grados o retroceder diez grados?10Ezequías respondió: «Es fácil para la sombra adelantarse diez grados, pero no que los retroceda».11El profeta invocó al Señor, y él hizo que la sombra retrocediera los diez grados que había descendido, en el reloj de sol de Ajaz.12En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió una carta y un presente a Ezequías, al enterarse de que había estado enfermo.13Ezequías se alegró de esto, y mostró a los emisarios la sala del tesoro, la plata, el oro, los perfumes, el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se encontraba en sus depósitos. De todo lo que había en su palacio y en sus dominios, no quedó nada que Ezequías no les hiciera ver.14Entonces el profeta Isaías se presentó al rey Ezequías y le preguntó: «¿Qué te ha dicho esa gente y de dónde ha venido?». Ezequías respondió: «Vinieron de un país lejano, de Babilonia».15Isaías preguntó: «¿Qué han visto en tu casa?». Han visto todo lo que hay en mi casa, respondió Ezequías. No hay nada en mis depósitos que no les haya mostrado».16Entonces Isaías dijo a Ezequías: «Escucha la palabra del Señor:17Llegarán los días en que todo lo que hay en tu casa, todo lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor.18Y algunos de tus hijos, de los que han nacido de ti, que tú mismo habrás engendrado, serán tomados para que sirvan como eunucos en el palacio del rey de Babilonia».19Ezequías respondió a Isaías: «Es auspiciosa la palabra del Señor que has pronunciado». Porque se decía a sí mismo: «Mientras yo viva, habrá paz y seguridad».20El resto de los hechos de Ezequías, sus proezas, todo lo que él hizo, la cisterna y el canal que construyó para llevar el agua a la ciudad, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?21Ezequías fue a descansar con sus padres, y su hijo Manasés reinó en lugar de él.