SCRUTATIO

Sabato, 21 giugno 2025 - San Luigi Gonzaga ( Letture di oggi)

1 Samuel 30


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Siquelag, los amalecitas habían hecho una incursión contra el Négueb y contra Siquelag, y habían irrumpido en Siquelag incendiándola,1 Al tercer día, cuando David y sus hombres llegaron a Siquelag, los amalecitas habían incursionado por el Négueb y contra Siquelag. Habían arrasado y prendido fuego a Siquelag,
2 y llevándose las mujeres y cuanto allí había, pequeños y grandes. No mataron a nadie, sino que se los llevaron cautivos y se fueron por su camino.2 llevándose cautivas a las mujeres y también a todos los que había allí, del más pequeño al más grande. Pero no habían matado a nadie, sino que se los habían llevado a todos, prosiguiendo luego su camino.
3 Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, se encontraron con que estaba incendiada, y sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados.3 Al llegar a la ciudad, David y sus hombres vieron que había sido incendiada, y que sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados cautivos.
4 David y las tropas que con él estaban alzaron su voz y lloraron hasta quedar sin aliento.4 Entonces prorrumpieron en sollozos, hasta que se quedaron sin fuerzas para llorar.
5 Habían sido llevadas las dos mujeres de David, Ajinoam de Yizreel y Abigaíl, mujer de Nabal de Carmelo.5 Las dos mujeres de David –Ajinóam de Izreel y Abigail, la esposa de Nabal, el de Carmel– también habían sido capturadas.
6 David se hallaba en grave apuro porque la gente hablaba de apedrearlo, pues el alma de todo el pueblo estaba llena de amargura, cada uno por sus hijos y sus hijas. Pero David halló fortaleza en Yahveh su Dios.6 David se vio en un grave aprieto, porque la tropa amenazaba con apedrearlo, ya que todos estaban llenos de amargura por sus hijos y sus hijas. Pero David retomó coraje gracias al Señor, su Dios,
7 Dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélek: «Acércame el efod». Abiatar acercó el efod a David.7 y dijo al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélec: «Por favor, preséntame el efod». Abiatar presentó el efod a David,
8 Consultó David a Yahveh diciendo: «¿Debo perseguir a esta banda? ¿Le daré alcance?» Le contestó: «Persíguela, porque de cierto la alcanzarás y librarás a los cautivos».8 y David interrogó al Señor, en estos términos: «¿Debo perseguir a esa banda? ¿La alcanzaré?». El Señor le respondió: «Persíguela. Seguro que la alcanzarás y librarás a los cautivos».
9 Partió David con los seiscientos hombres que tenía y llegaron al torrente Besor.9 David partió con los seiscientos hombres que lo acompañaban, y llegaron al torrente Besor, donde se quedaron los rezagados.
10 Continuó David la persecución con cuatrocientos hombres, quedándose doscientos que estaban demasiado fatigados para atravesar el torrente Besor.10 Entonces continuó la persecución con cuatrocientos hombres; doscientos se habían detenido, por estar demasiado extenuados para cruzar el torrente Besor.
11 Encontraron en el campo a un egipcio y lo llevaron a David. Le dieron pan, que él comió, y agua para beber.11 En pleno campo encontraron a un egipcio, y se lo llevaron a David. Le dieron pan para comer y agua para bebe,
12 Diéronle también un trozo de pan de higos secos y dos racimos de pasas. Cuando hubo comido, recobró su espíritu, pues había estado tres días y tres noches sin comer pan ni beber agua.12 y también le ofrecieron un trozo de torta de higos y dos racimos de pasas de uva. Con la comida él se reanimó, porque en tres días y tres noches no había comido ni bebido nada.
13 David le preguntó: «¿A quién perteneces y de dónde eres?» Respondió: «Soy un muchacho egipcio, esclavo de un amalecita, pero mi dueño me abandonó porque me puse enfermo hace tres días.13 Luego David le preguntó: «¿De quién eres y de dónde vienes?». El respondió: «Soy un muchacho egipcio, esclavo de un amalecita. Mi dueño me abandonó hace tres días, porque caí enfermo.
14 Hemos hecho una incursión contra el Négueb de los kereteos y el de Judá y contra el Négueb de Caleb, incendiando Siquelag».14 Hicimos una incursión por el Négueb de los quereteos, contra el Négueb de Judá y contra el Négueb de Caleb. También incendiamos Siquelag».
15 Díjole David: «¿Podrías guiarme hacia esa banda?» Respondió: «Júrame por Dios que no me matarás y que no me entregarás en manos de mi dueño, y te guiaré hacia esa banda».15 David le preguntó: «¿Quieres llevarme adonde está esa banda?». El respondió: «Júrame por Dios que no me matarás ni me entregarás en manos de mi dueño, y yo te llevaré adonde está esa banda».
16 Les guió, y los hallaron desparramados por todo el campo, comiendo, bebiendo y bailando por el gran botín que habían tomado en tierra de filisteos y en tierra de Judá.16 El muchacho lo guió, y encontraron a los amalecitas desparramados por toda la comarca, comiendo, bebiendo y festejando por el gran botín que habían recogido en el país de los filisteos y en país de Judá.
17 David los batió desde el alba al anochecer; sólo se salvaron de entre ellos cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y huyeron.17 David los masacró desde el alba hasta la tarde del día siguiente, y no escapó ni uno solo, con excepción de cuatrocientos jóvenes que huyeron montados en camellos.
18 Salvó David todo lo que los amalecitas habían capturado. También rescató David a sus dos mujeres.18 David salvó todo lo que habían arrebatado los amalecitas y, en especial, libró a sus dos mujeres.
19 Nada les faltó, ni pequeño ni grande, ni el botín, ni sus hijos, ni sus hijas, ni nada de cuanto les habían capturado. David se llevó todo.19 No les faltó nadie, ni grande ni pequeño, ni hijos ni hijas, ni nada del botín y de todo lo que les habían quitado los amalecitas. David lo recuperó todo.
20 Tomaron todo el ganado mayor y menor y lo condujeron ante él diciendo: «Este es el botín de David».20 Se adueñó además de ovejas y vacas, y los que iban delante, acarreando ese ganado, decían: «¡Este es el botín de David!».
21 Llegó David donde los doscientos hombres que, demasiado fatigados para seguirle, se habían quedado en el torrente Besor. Salieron al encuentro de David y de la gente que venía con él; se acercaron David y la tropa y les saludaron.21 David llegó al lugar donde estaban los doscientos hombres que no lo habían seguido, por estar demasiado extenuados, y se habían quedado atrás, junto al torrente Besor. Estos salieron al encuentro de David y de la tropa que lo acompañaba. David se acercó con la tropa y los saludó.
22 Pero todos los perversos y malvados de entre los hombres que habían ido con David, contestaron: «A los que no han ido con nosotros no se les dará el botín que hemos salvado, sino sólo su mujer y sus hijos; que lo tomen y se vayan».22 Pero entre los que estaban con David había unos hombres mezquinos, que levantaron la voz y dijeron: «¡Por no haber venido con nosotros, no les daremos nada del botín que hemos recuperado, salvo a cada uno su mujer y sus hijos! ¡Que se los lleven y se vayan!».
23 David dijo: «No hagáis esto con lo que Yahveh nos ha concedido. Nos ha guardado y ha entregado en nuestras manos a esa banda que vino contra nosotros.23 Pero David dijo: «No se comporten así, hermanos míos, con lo que nos ha dado el Señor. El nos ha protegido y ha puesto en nuestras manos a esa banda que vino a atacarnos.
24 ¿Quién os dará la razón en este caso? Porque: Esta es la parte del que baja a la batalla y ésta la parte del que se queda con la impedimenta. Se partirá por igual».24 ¿Quién puede estar de acuerdo con lo que ustedes proponen? Porque la parte que le toca al que baja a combatir le tocará también al que cuida el equipaje: juntos participarán del botín».
25 Y desde aquel día en adelante lo estableció como decreto y norma para Israel, hasta el día de hoy.25 A partir de aquel día, David hizo de esto un precepto y una costumbre para Israel, que sigue en vigencia hasta el día de hoy.
26 Llegó David a Siquelag y envió parte del botín a los ancianos de Judá, según sus ciudades, diciendo: «Aquí tenéis un presente del botín tomado a los enemigos de Yahveh»,26 Al llegar a Siquelag, David envió parte del botín a los ancianos de Judá y a sus amigos, con este mensaje: «Ahí tienen un obsequio del botín arrebatado a los enemigos del Señor». Se lo envió
27 a los de Betul, a los de Ramá del Négueb, a los de Yattir,27 a los de Betul, a los de Ramot del Négueb y a los de Iatir;
28 a los de Aroer, a los de Sifmot, a los de Estemoa,28 a los de Aroer, a los de Sifmot y a los de Estemoa;
29 a los de Carmelo, a los de las ciudades de Yerajmeel, a los de las ciudades de los quenitas,29 a los de Racal, a los de las ciudades de Ierajmel y a los de las ciudades de los quenitas;
30 a los de Jormá, a los de Bor Asan, a los de Eter,30 a los de Jormá, a los de Borasán y a los de Atac;
31 a los de Hebrón y a todos los lugares por donde anduvo David con su gente.31 a los de Hebrón y a los de todos los lugares que David y sus hombres habían recorrido.