Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Juan 13


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1Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.2Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo,3sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios,4se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura.5Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.6Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?».7Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás».8«No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».9«Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!».10Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos».11El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: «No todos ustedes están limpios».12Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?13Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy.14Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.15Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.16Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía.17Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.18No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí.19Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy.20Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió».21Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará:.22Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería.23Uno de ellos –el discípulo al que Jesús amaba– estaba reclinado muy cerca de Jesús.24Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: «Pregúntale a quién se refiere».25El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: «Señor, ¿quién es?».26Jesús le respondió: «Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato». Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.27En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: «Realiza pronto lo que tienes que hacer».28Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto.29Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que hace falta para la fiesta», o bien que le mandaba dar algo a los pobres.30Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.31Después que Judas salió, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.32Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.33Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: «A donde yo voy, ustedes no pueden venir».34Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.35En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros».36Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás».37Pedro le preguntó: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti».38Jesús le respondió: «¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces».