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Sabato, 11 maggio 2024 - San Fabio e compagni ( Letture di oggi)

Salmos 55


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema de David.

1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De
David.
2 Dios mío, escucha mi oración,

no seas insensible a mi súplica;

2 Escucha, oh Dios, mi oración,
no te retraigas a mi súplica,
3 atiéndeme y respóndeme.

La congoja me llena de inquietud;

3 dame oídos, respóndeme,
en mi queja me agito.
Gimo
4 estoy turbado por los gritos el enemigo,

por la opresión de los malvados:

porque acumulan infamias contra mí

y me hostigan con furor.

4 ante la voz del enemigo,
bajo el abucheo del impío;
pues vierten sobre mí falsedades
y con saña me hostigan.
5 Mi corazón se estremece dentro de mi pecho,

me asaltan los horrores de la muerte,

5 Se me estremece dentro el corazón,
me asaltan pavores de muerte;
6 me invaden el temor y el temblor,

y el pánico se apodera de mí.

6 miedo y temblor me invaden,
un escalofrío me atenaza.
7 ¡Quién me diera alas de paloma

para volar y descansar!

7 Y digo: ¡Quién me diera alas como a la paloma
para volar y reposar!
8 Entonces huiría muy lejos,

habitaría en el desierto.

8 Huiría entonces lejos,
en el desierto moraría.
9 Me apuraría a encontrar un refugio

contra el viento arrasador y la borrasca.

9 En seguida encontraría un asilo
contra el viento furioso y la tormenta. Pausa.
10 Confunde sus lenguas, Señor, divídelas,

porque no veo más que violencia

y discordia en la ciudad,

10 ¡Oh, piérdelos, Señor,
enreda sus lenguas!,
pues veo discordia
y altercado en la ciudad;
11 rondando día y noche por sus muros.

Dentro de ella hay maldad y opresión,

11 rondan día y noche
por sus murallas.
Y dentro de ella falsedad y malicia,
12 en su interior hay ruindad;

la crueldad y el engaño

no se apartan de sus plazas.

12 insidias dentro de ella,
jamás se ausentan de sus plazas
la tiranía y el engaño.
13 Si fuera mi enemigo el que me agravia,

podría soportarlo;

si mi adversario se alzara contra mí,

me ocultaría de él.

13 Si todavía un enemigo me ultrajara,
podría soportarlo;
si el que me odia se alzara contra mí,
me escondería de él.
14 ¡Pero eres tú, un hombre de mi condición,

mi amigo y confidente,

14 ¡Pero tú, un hombre de mi rango,
mi compañero, mi íntimo,
15 con quien vivía en dulce intimidad:

juntos íbamos entre la multitud

a la Casa de Dios!

15 con quien me unía una dulce intimidad,
en la Casa de Dios!
¡Oh, váyanse en tumulto,
16 Que la muerte los sorprenda,

que bajen vivos al Abismo,

porque dentro de sus moradas sólo existe la maldad.

16 caiga la muerte sobre ellos,
vivos en el seol se precipiten,
pues está el mal instalado en medio de ellos!
17 Yo, en cambio, invoco a mi Dios,

y el Señor me salvará.

17 Yo, en cambio, a Dios invoco,
y Yahveh me salva.
18 De tarde, de mañana, al mediodía,

gimo y me lamento,

pero él escuchará mi clamor.

18 A la tarde, a la mañana, al mediodía
me quejo y gimo:
él oye mi clamor.
19 El puso a salvo mi vida;

se acercó cuando eran muy numerosos

los que estaban contra mí.

19 En paz mi alma rescata
de la guerra que me hacen:
aunque sean muchos contra mí,
20 Dios, que reina desde siempre,

los oyó y los humilló.

Porque ellos no se corrigen

ni temen a Dios;

20 Dios escucha y los humilla,
él, que reina desde siempre.
Pero ellos sin enmienda,
y sin temor de Dios.
21 alzan las manos contra sus aliados

y violan los pactos.

21 Cada uno extiende su mano contra sus aliados,
viola su alianza;
22 Su boca es más blanda que la manteca,

pero su corazón desea la guerra;

sus palabras son más suaves que el aceite,

pero hieren como espadas.

22 más blanda que la crema es su boca,
pero su corazón es sólo guerra;
sus palabras, más suaves que el aceite,
son espadas desnudas.
23 Confía tu suerte al Señor,

y él te sostendrá:

nunca permitirá que el justo perezca.

23 Descarga en Yahveh tu peso,
y él te sustentará;
no dejará que para siempre
zozobre el justo.
24 Y tú, Dios mío, los precipitarás

en la fosa más profunda.

Los hombres sanguinarios y traidores

no llegarán ni a la mitad de sus días.

Yo, en cambio, confío en ti, Señor.
24 Y tú, oh Dios, los hundirás
en el pozo de la fosa,
a los hombres de sangre y de fraude,
sin alcanzar la mitad de sus días.
Mas yo confío en ti.