Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Jueces 13


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1los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, y el Señor los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años.2Había un hombre de Sorá, del clan de los danitas, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos.3El Angel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: «Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo.4Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro.5Porque concebirás y darás a luz un hijo. La navaja nunca pasará por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno materno. El comenzará a salvar a Israel del poder de los filisteos».6La mujer fue a decir a su marido: «Un hombre de Dios ha venido a verme. Su aspecto era tan imponente, que parecía un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era, ni él me dio a conocer su nombre.7Peor me dijo: «Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante, no bebas vino, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madres hasta el día de su muerte».8Entonces Manóaj oró a Dios, diciendo: «Te ruego, Señor, que vuelva el hombre que tú nos has enviado y nos indique qué debemos hacer con el niño, cuando haya nacido».9Dios escuchó la voz de Manóaj, y el Angel de Dios se presentó otra vez a la mujer, mientras se encontraba en el campo y su marido no estaba con ella.10La mujer corrió en seguida a avisarle a su marido: «Se me apareció el hombre que vino a verme el otro día».11Manóaj se levantó y fue detrás de su mujer. Y al llegar adonde estaba el hombre, le dijo: «¿Eres tú el que le ha hablado a esta mujer?». «Sí, soy yo», respondió él.12Entonces Manóaj le preguntó: «Cuando suceda lo que tú has dicho, ¿qué forma de vida tendrá que llevar el niño y cuál será su conducta?».13El Angel del Señor dijo a Manóaj: «El tendrá que abstenerse de todo lo que le dije a esta mujer:14no probará el fruto de la vid, ni beberá vino ni bebida fermentada; no comerá nada impuro, y observará todo lo que le he mandado a esta mujer».15Manóaj dijo al Angel del Señor: «Quédate aquí y te prepararemos un cabrito».16Pero el Angel del Señor le respondió: «Aunque me obligues a quedarme, no probaré tu comida. Si quieres hacer un holocausto, ofrécelo al Señor. Manóaj no se había dado cuente de que aquel hombre era el Angel del Señor.17Entonces Manóaj le preguntó: «¿Cuál es tu nombre, para que podamos honrarte cuando suceda lo que tú has dicho?».18Peor el Angel del Señor dijo: «¿Por qué me preguntas mi nombre? El es misterioso».19Manóaj tomó el cabrito y la oblación, y los ofreció sobre la roca en holocausto al Señor, que es misterioso en sus acciones. Manóaj y su mujer estaban mirando.20Y cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Angel del Señor subía en la llama del altar, a la vista de Manóaj y de su mujer, que cayeron con el rostro en tierra.21El Angel del Señor ya no se volvió a aparecer a Manóaj ni a su mujer. Entonces Manóaj reconoció que aquel hombre era el Angel del Señor,22y dijo a su mujer: «¡Vamos a morir, porque hemos visto a Dios!»23Pero su mujer le respondió: «Si el Señor quisiera hacernos morir no habría aceptado de nuestras manos el holocausto y la oblación; tampoco nos habría mostrado todo esto, no nos habría comunicado una cosa así».24La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo.25Y el espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol.