Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

2 Corintios 2


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1Estoy decidido a no hacerles otra visita que sea para ustedes motivo de tristeza.2Porque si yo los entristezco, ¿quién me podrá alegrar, sino el mismo a quien yo entristecí?3Y si les he escrito lo que ustedes ya saben, fue para no apenarme al llegar, a causa de aquellos que debían alegrarme, porque estoy convencido de que mi alegría es también la de ustedes.4Verdaderamente les escribí con gran aflicción y angustia, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos, sino para demostrarles el profundo afecto que les tengo.5Si alguien me entristeció, no me entristeció a mí solamente sino también, en cierta medida –lo digo sin exagerar– a todos ustedes.6Pienso que es suficiente el castigo que la mayoría ha impuesto al ofensor.7Conviene ahora perdonarlo y animarlo para que el pobre no quede agobiado por una pena excesiva.8Por eso, les ruego que en este caso hagan prevalecer el amor.9Antes les escribí para ponerlos a prueba y ver si son capaces de obedecer en todo.10Pero ahora, yo también perdono al que ustedes perdonaron, y lo hago en la presencia de Cristo por amor de ustedes,11para que Satanás no saque ventaja de nosotros, ya que conocemos bien sus intenciones.12Cuando llegué a Tróade para anunciar la Buena Noticia de Jesús, aunque el Señor abrió una puerta para mi predicación,13estaba muy preocupado porque no encontré a mi hermano Tito; por eso, me despedí de ellos y partí para Macedonia.14Demos gracias a Dios, que siempre nos hace triunfar en Cristo, y por intermedio nuestro propaga en todas partes la fragancia de su conocimiento.15Porque nosotros somos la fragancia de Cristo al servicio de Dios, tanto entre los que se salvan, como entre los que se pierden:16para estos, aroma de muerte, que conduce a la muerte; para aquellos, aroma de vida, que conduce a la Vida. ¿Y quién es capaz de cumplir semejante tarea?17Pero nosotros no somos como muchos que trafican con la Palabra de Dios, sino que hablamos con sinceridad en nombre de Cristo, como enviados de Dios y en presencia del mismo Dios.