Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

1 Corintios 11


font

1Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.2Los felicito porque siempre se acuerdan de mí y guardan las tradiciones tal como yo se las he transmitido.3Sin embargo, quiero que sepan esto: Cristo es la cabeza del hombre; la cabeza de la mujer es el hombre y la cabeza de Cristo es Dios.4En consecuencia, el hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra a su cabeza;5y la mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra a su cabeza, exactamente como si estuviera rapada.6Si una mujer no se cubre con el velo, que se corte el cabello. Pero si es deshonroso para una mujer cortarse el cabello o raparse, que se ponga el velo.7El hombre, no debe cubrir su cabeza, porque él es la imagen y el reflejo de Dios, mientras que la mujer es el reflejo del hombre.8En efecto, no es el hombre el que procede de la mujer, sino la mujer del hombre;9ni fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre.10Por esta razón, la mujer debe tener sobre su cabeza un signo de sujeción, por respeto a los ángeles.11Por supuesto que para el Señor, la mujer no existe sin el hombre ni el hombre sin la mujer.12Porque si la mujer procede del hombre, a su vez, el hombre nace de la mujer y todo procede de Dios.13Juzguen por ustedes mismos: ¿Les parece conveniente que la mujer ore con la cabeza descubierta?14¿Acaso la misma naturaleza no nos enseña que es una vergüenza para el hombre dejarse el cabello largo,15mientras que para la mujer es una gloria llevarlo así? Porque la cabellera le ha sido dada a manera de velo.16Por lo demás, si alguien es amigo de discusiones, le advertimos que entre nosotros se acostumbra usar el velo y también en las Iglesias de Dios.17Y ya que les hago esta advertencia, no puedo felicitarlos por sus reuniones, que en lugar de beneficiarlos, los perjudican.18Ante todo, porque he oído decir que cuando celebran sus asambleas, hay divisiones entre ustedes, y en parte lo creo.19Sin embargo, es preciso que se formen partidos entre ustedes, para se pongan de manifiesto los que tienen verdadera virtud.20Cuando se reúnen, lo que menos hacen es comer la Cena del Señor,21porque apenas se sientan a la mesa, cada uno se apresura a comer su propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio.22¿Acaso no tienen sus casas para comer y beber? ¿O tan poco aprecio tienen a la Iglesia de Dios, que quieren hacer pasar vergüenza a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Los voy a alabar? En esto, no puedo alabarlos.23Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan,24dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».25De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía».26Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva.27Por eso, el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente tendrá que dar cuenta del Cuerpo y de la Sangre del Señor.28Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa;29porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.30Por eso, entre ustedes hay muchos enfermos y débiles, y son muchos los que han muerto.31Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados.32Pero el Señor nos juzga y nos corrige para que no seamos condenados con el mundo.33Así, hermanos, cuando se reúnan para participar de la Cena, espérense unos a otros.34Y si alguien tiene hambre, que coma en su casa, para que sus asambleas no sean motivo de condenación. Lo demás lo arreglaré cuando vaya.