Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Juan 3


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1Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.2Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él».3Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios.»4Nicodemo le preguntó: «¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?».5Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.6Lo que nace de la carne es carne, lo que nace de Espíritu es espíritu.7No te extrañes de que te haya dicho: «Ustedes tienen que renacer de lo alto».8El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu».9«¿Cómo es posible todo esto?», le volvió a preguntar Nicodemo.10Jesús le respondió: «¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas?11Te aseguro que nosotros hablamos de lo que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.12Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo?13Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.14De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,15para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.16Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.17Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.18El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.19En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.20Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.21En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios».22Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a Judea. Permaneció allí con ellos y bautizaba.23Juan seguía bautizando en Enón, cerca de Salim, porque había mucha agua en ese lugar y la gente acudía para hacerse bautizar.24Juan no había sido encarcelado todavía25Se originó entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío, acerca de la purificación.26Fueron a buscar a Juan y le dijeron: «Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán y del que tú has dado testimonio, también bautiza y todos acuden a él».27Juan respondió: «Nadie puede atribuirse nada que no haya recibido del cielo.28Ustedes mismos son testigos de que he dicho: "Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de él".29En las bodas, el que se casa es el esposo; pero el amigo del esposo, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oír su voz. Por eso mi gozo es ahora perfecto.30Es necesario que él crezca y que yo disminuya».31El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo32da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.33El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.34El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida.35El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.36El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.