Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Lucas 15


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1Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.2Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».3Jesús les dijo entonces esta parábola:4«Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?5Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,6y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".7Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».8Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?9Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".10Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».11Jesús dijo también: «Un hombre tenía dos hijos.12El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes.13Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.14Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.15Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.16El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.17Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!".18Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti;19ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros".20Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.21El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo".22Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.23Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,24porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta.25El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza.26Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso.27El le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero y engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo".28El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara,29pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.30¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!".31Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.32Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"».