Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Mateo 10


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1Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.2Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;3Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;4Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.5A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: «No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos.6Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.7Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.8Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.9No lleven encima oro ni plata, ni monedas,10ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.11Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.12Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella.13Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.14Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies.15Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.16Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.17Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.18A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.19Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento,20porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.21El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.22Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.23Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes que llegue el Hijo del hombre.24El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño.25Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa!26No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido.27Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.28No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.29¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.30Ustedes tienen contados todos sus cabellos.31No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.32Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo los reconoceré ante mi Padre que está en el cielo.33Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.34No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.35Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra;36y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.37El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.38El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.39El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.40El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.41El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo, tendrá la recompensa de un justo.42Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».