Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Zacarías 1


font

1En el octavo mes del segundo año de Darío, la palabra del Señor llegó al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó, en estos términos:2El Señor se irritó violentamente contra los padres de ustedes.3Tú les dirás: Así habla el Señor de los ejércitos: Vuelvan a mí –oráculo del Señor de los ejércitos– y yo volveré a ustedes, dice el Señor de los ejércitos.4No sean como sus padres, a quienes los antiguos profetas interpelaron, diciendo: Así habla el Señor de los ejércitos: Vuelvan de sus malos caminos y de sus malas acciones. Pero ellos no escucharon, ni me prestaron atención –oráculo del Señor–.5¿Dónde están sus padres? Y los profetas ¿viven para siempre?6Pero mis palabras y mis decretos, que yo había ordenado a mis servidores los profetas, ¿acaso no alcanzaron a sus padres? Por eso, ellos se convirtieron y dijeron: «El Señor de los ejércitos nos ha tratado según nuestros caminos y nuestras acciones, como había resuelto hacerlo».7El vigésimo cuarto día del undécimo mes, que es el mes de Seta, en el segundo año de Darío, la palabra del Señor fue dirigida al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó, en estos términos:8Yo tuve una visión durante la noche: Había un hombre montado en un caballo rojo. Estaba parado entre los mirtos que se encuentran en la hondonada, y detrás de él había caballos rojos, alazanes, negros y blancos.9Yo pregunté: «¿Quiénes son estos, mi Señor?». Y el ángel que hablaba conmigo me respondió: «Yo te indicaré quiénes son estos».10El hombre que estaba entre los mirtos dijo: «Estos son los que el Señor envió a recorrer la tierra».11Ellos se dirigieron al ángel del Señor que estaba entre los mirtos, y le dijeron: «Venimos de recorrer la tierra y hemos visto que toda la tierra está en calma y tranquila».12Entonces el ángel del Señor dijo: «Señor de los ejércitos, ¿hasta cuándo esperarás para compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás irritado desde hace setenta años?».13El señor dirigió al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras consoladoras.14Entonces el ángel me dijo: «Proclama esto: Así habla el Señor de los ejércitos: Yo siento un gran celo por Jerusalén y por Sión,15y estoy violentamente irritado contra las naciones seguras de sí mismas; porque yo estaba un poco irritado, pero ellas agravaron la desgracia.16Por eso, así habla el Señor: Yo he vuelvo a Jerusalén con piedad; allí será reconstruida mi Casa –oráculo del Señor de los ejércitos– y la cuerda de medir será tendida sobre Jerusalén.17Proclama también esto: Así habla el Señor de los ejércitos: Mis ciudades rebosarán de bienes; el Señor consolará de nuevo a Sión y elegirá otra vez a Jerusalén».