Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Baruc 2


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1Por eso el Señor ha cumplido la amenaza que había pronunciado contra nosotros, contra los jueces que gobernaron a Israel, contra nuestros reyes, contra nuestros jefes y contra los hombres de Israel y de Judá.2Nunca se hizo bajo el cielo nada semejante a lo que él hizo en Jerusalén, conforme a lo que está escrito en la Ley de Moisés,3a tal punto que llegamos a comer, uno la carne de su hijo, y otro la carne de su hija.4El los entregó en manos de todos los reinos que nos rodean, para que cayeran en el oprobio y la desolación, entre todos los pueblos de los alrededores donde el Señor los dispersó.5Así quedaron sometidos, en lugar de prevalecer, porque nosotros hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios, al no escuchar su voz.6Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, y a nuestros padres la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy.7Todo lo que el Señor había anunciado contra nosotros, todas esas desgracias nos han sobrevenido.8Nosotros no hemos aplacado con nuestras súplicas el rostro del Señor, apartándonos cada uno de los pensamientos de su corazón perverso.9Por eso el Señor estuvo atento a estas calamidades y las descargó sobre nosotros, porque él es justo en todo lo que nos manda hacer.10Pero nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, que nos mandaba seguir los preceptos que él puso delante de nosotros.11Y ahora, Señor, Dios de Israel, que hiciste salir a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte, con signos y portentos, con gran poder y con el brazo en alto, haciéndote así un Nombre famoso hasta el día de hoy,12nosotros hemos pecado, nos hemos hecho impíos, hemos incurrido en la injusticia, Señor, Dios nuestro, desobedeciendo todas tus prescripciones.13Que tu furor se aparte de nosotros, porque hemos quedado muy pocos entre las naciones donde nos has dispersado.14Escucha, Señor, nuestra oración y nuestra súplica, y por tu honor, líbranos y concédenos el favor de aquellos que nos han deportado,15para que toda la tierra conozca que tú eres el Señor, nuestro Dios, porque tu Nombre ha sido invocado sobre Israel y sobre su raza.16Mira, Señor, desde tu santa morada y piensa en nosotros; inclina tu oído y escucha;17abre, Señor, tus ojos y mira; porque no son los muertos que están en el Abismo, aquellos cuyo espíritu ha sido arrancado de sus entrañas, los que tributan gloria y justicia al Señor ;18sino que es el alma llena de aflicción, y son los que caminan encorvados y sin fuerzas, los ojos debilitados y el alma hambrienta los que te tributan, Señor, gloria y justicia.19No es por las obras de justicia de nuestros padres y de nuestros reyes, que nosotros presentamos nuestra súplica delante de tu rostro, Señor, Dios nuestro.20Porque tú has enviado sobre nosotros tu furor y tu indignación, como lo habías anunciado por medio de tus servidores, los profetas, diciendo:21Así habla el Señor: Dobleguen sus espaldas y sirvan al rey de Babilonia, y permanecerán en la tierra que yo he dado a sus padres.22Pero si ustedes no escuchan la voz del Señor, sirviendo al rey de Babilonia,23yo haré cesar en las ciudades de Judá y dentro de Jerusalén el grito de gozo y el grito de alegría, el canto del esposo y el canto de la esposa, y todo el país se convertirá en un desierto sin habitantes.24Y nosotros no hemos escuchado tu voz, que nos mandaba servir al rey de Babilonia; por eso, tú has cumplido la amenaza que habías pronunciado por medio de tus servidores, los profetas, a saber, que serían sacados de su sitio los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestros padres.25Y ahora han sido arrojados al calor del día y al frío de la noche, después de haber muerto en medio de crueles sufrimientos, por el hambre, la espada y la peste.26Tú has reducido Esta Casa sobre la que había sido invocado tu Nombre, a lo que es en el día de hoy, a causa de la maldad de la casa de Israel y de la casa de Judá.27Sin embargo, tú nos has tratado, Señor, Dios nuestro, conforme a toda tu benignidad y a tu gran compasión,28como lo habías anunciado por medio de Moisés, tu servidor, el día en que le ordenaste escribir tu Ley en presencia de los israelitas, diciendo:29«Si ustedes no escuchan mi voz, esta grande, esta inmensa muchedumbre será reducida a un pequeño número entre las naciones adonde los dispersaré.30Yo sé, en efecto, que ellos no me escucharán, porque son un pueblo obstinado y rebelde, pero en la tierra de su exilio, volverán sobre sí mismos31y conocerán que yo soy el Señor, su Dios. Les daré un corazón y oídos dóciles,32y ellos me alabarán en la tierra de su exilio y se acordarán de mi Nombre.33Se arrepentirán de su obstinación y de sus malas acciones, porque se acordarán de la suerte de sus padres que pecaron contra el Señor .34Entonces los haré volver a la tierra que juré dar a sus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob, y se adueñarán de ella. Los multiplicaré y ya no disminuirán.35Estableceré para ellos una alianza eterna, para que yo sea su Dios y ellos sean mi Pueblo, y ya no arrojaré más a mi pueblo Israel de la tierra que les he dado».