Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 46


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1Josué, hijo de Nun, fue valiente en la guerra y sucesor de Moisés en el oficio profético. Haciendo honor a su nombre, se mostró grande para salvar a los elegidos, para castigar a los enemigos sublevados y poner a Israel en posesión de su herencia.2¡Qué glorioso era cuando alzaba su brazo y blandía la espada contra las ciudades!3¿Quién antes de él demostró tanta firmeza? ¡El mismo llevó adelante los combates del Señor!4¿No fue por orden suya que se detuvo el sol y un solo día duró tanto como dos?5El invocó al Altísimo, el Poderoso, cuando sus enemigos lo asediaban por todas partes; y el gran Señor respondió a su plegaria, arrojando granizo de una fuerza inusitada.6El se lanzó contra la nación enemiga y en la pendiente aniquiló a los adversarios, para que las naciones reconocieran la fuerza de sus armas, porque hacía la guerra de parte del Señor.7El siguió los pasos del Poderoso y, en tiempos de Moisés, dio prueba de fidelidad, lo mismo que Caleb, hijo de Iefuné: ellos se opusieron a toda la asamblea, impidiendo que el pueblo pecara y acallando las murmuraciones perversas.8Solamente ellos dos fueron salvados, entre seiscientos mil hombres de a pie, para ser introducidos en la herencia, en la tierra que mana leche y miel.9Y el Señor dio a Caleb la fuerza que le duró hasta su vejez, y lo hizo subir a las alturas del país, que sus descendientes retuvieron como herencia,10para que vieran todos los israelitas qué bueno es seguir al Señor.11También los Jueces, casa uno por su nombre, fueron hombres que no cayeron en la idolatría ni se apartaron del Señor: ¡que sea bendita su memoria!12¡Que sus huesos reflorezcan de sus tumbas, y sus nombres se renueven en los hijos de esos hombres ilustres!13Samuel fue amado por su Señor; como profeta del Señor, estableció la realeza y ungió jefes para que gobernaran a su pueblo.14Según la Ley del Señor, juzgó a la asamblea, y el Señor intervino en favor de Jacob.15Por su fidelidad se acreditó como auténtico profeta, por sus oráculos, fue reconocido como un vidente digno de fe.16Cuando sus enemigos lo asediaban por todas partes, él invocó al Señor, el Poderoso, y le ofreció un cordero recién nacido.17El Señor tronó desde el cielo y con gran estruendo hizo oír su voz;18él aniquiló a los jefes enemigos y a todos los príncipes de los filisteos.19Antes de la hora de su descanso eterno, dio testimonio ante el Señor y su Ungido: «Yo no he despojado a nadie de sus bienes, ni siquiera de sus sandalias»; y nadie lo acusó.20Después de su muerte, todavía profetizó y anunció su fin al rey; alzó su voz desde el seno de la tierra, y profetizó para borrar la iniquidad del pueblo.