Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Proverbios 24


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1No envidies a los malvados ni desees estar con ellos,2porque su corazón sólo trama violencia y sus labios no hablan más que de fechorías.3Con la sabiduría se construye una casa y con la inteligencia se mantiene firme;4con la ciencia se llenan las despensas de todos los bienes precios y agradables.5Más vale un sabio que un hombre fuerte y un hombre instruido que uno muy vigoroso,6porque la guerra se gana con estrategia y la victoria, con el número de consejeros.7La sabiduría es demasiado elevada para el necio: en la puerta de la ciudad, él no abre la boca.8Al que sólo piensa en hacer el mal se lo llama maestro en malignidad.9La necedad no trama más que el pecado, y el insolente se hace abominable a los hombres.10Si flaqueas en el día de la adversidad, ¡qué poca fuerza tienes!11Libra a los que son arrastrados a la muerte, salva a los que van con pasos vacilantes al suplicio.12Si dices: «¡Este no es asunto mío!», ¿no lo tendrá en cuenta el que pesa los corazones? Aquel que te observa lo sabrá y retribuirá a cada uno según sus obras.13Come miel, hijo mío, porque es buena; la miel de panal es dulce a tu paladar.14Ten presente que así es la sabiduría para tu alma: si la encuentras, tendrás un porvenir y tu esperanza no quedará defraudada.15No aceches, malvado, la morada del justo ni despojes su vivienda,16porque el justo, aunque caiga siete veces, se levantará, mientras que los malvados se hunden en la desgracia.17Si cae tu enemigo, no te alegres, y si tropieza, no te regocijes,18no sea que el Señor lo vea y lo tome a mal, y aparte de él su indignación.19No te exasperes contra los malhechores ni tengas envidia de los malvados,20porque el malvado no tiene porvenir y su lámpara se extinguirá.21Teme al Señor, hijo mío, y también al rey, y no te mezcles con los sediciosos,22porque su calamidad surgirá de repente y ¿quién conoce la ruina que causarán ellos dos?23También estas son palabras de los sabios. No está bien hacer acepción de personas en el juicio.24Al que dice a un culpable: «Tú eres inocente», lo maldicen los pueblos y lo execran las naciones;25a quienes lo condenan todo les va bien y serán bendecidos con la felicidad.26Da un beso en los labios el que da una respuesta acertada.27Ordena tu trabajo afuera, prepáralo en el campo, y después edificarás tu casa.28No atestigües sin motivo contra tu prójimo: ¿acaso pretendes engañar con tus labios?29No digas: «Le haré lo mismo que él me hizo, le pagaré conforme a sus obras».30Yo pasé junto al campo de un holgazán y junto a la viña de un falto de entendimiento,31y vi que las ortigas habían crecido por todas partes, los cardos cubrían la superficie y su cerco de piedras estaba demolido.32Al ver esto, me puse a reflexionar, miré y aprendí la lección:33«Dormir un poco, dormitar otro poco, y descansar otro poco de brazos cruzados»:34así te llegará la pobreza como un salteador y la miseria como un hombre armado.