Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Génesis 8


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1Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas empezaron a bajar.2Se cerraron las fuentes del océano y las compuertas del cielo, y cesó la fuerte lluvia que caía del cielo.3Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra; y al cabo de ciento cincuenta días ya habían disminuido tanto,4que el decimoséptimo día del séptimo mes, el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat.5Así continuaron disminuyendo paulatinamente hasta el décimo mes; y el primer día del décimo mes aparecieron las cimas de las montañas.6Al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca,7y soltó un cuervo, el cual revoloteó, yendo y viniendo hasta que la tierra estuvo seca.8Después soltó una paloma, para ver si las aguas ya habían bajado.9Pero la paloma no pudo encontrar un lugar donde apoyarse, y regresó al arca porque el agua aún cubría toda la tierra. Noé extendió su mano, la tomó y la introdujo con él en el arca.10Luego esperó siete días más, y volvió a soltar la paloma fuera del arca.11Esta regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo. Así supo Noé que las aguas habían terminado de bajar.12Esperó otros siete días y la soltó nuevamente. Pero esta vez la paloma no volvió.13La tierra comenzó a secarse en el año seiscientos uno de la vida de Noé, el primer día del mes. Noé retiró el techo del arca, y vio que la tierra se estaba secando.14Y el vigesimoséptimo día del mes, la tierra ya estaba seca.15Entonces Dios dijo a Noé:16«Sal del arca con tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos.17Saca también a todos los seres vivientes que están contigo –aves, ganado o cualquier clase de animales que se arrastran por el suelo– y que ellos llenen la tierra, sean fecundos y se multipliquen»,18Noé salió acompañado de sus hijos, de su mujer y de las mujeres de sus hijos.19Todo lo que se mueve por el suelo; todas las bestias, todos los reptiles y todos los pájaros salieron del arca, un grupo detrás de otro.20Luego Noé levantó un altar al Señor, y tomando animales puros y pájaros puros de todas clases, ofreció holocaustos sobre el altar.21Cuando el Señor aspiró el aroma agradable, se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud; ni tampoco volveré a castigar a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.22De ahora en adelante, mientras dure la tierra, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche».