Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Génesis 2


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1Así fueron terminados el cielo y la tierra,, y todos los seres que hay en ellos.2El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido.3Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado.4Este fue el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.5aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para cultivar el suelo,6pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.7Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.8El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado.9Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, que eran atrayentes para la vista y apetitosos para comer; hizo brotar el árbol del conocimiento del bien y del mal.10De Edén nace un río que riega el jardín, y desde allí se divide en cuatro brazos.11El primero se llama Pisón: es el que recorre toda la región de Javilá, donde hay oro.12El oro de esa región es excelente, y en ella hay también bedelio y lapislázuli.13El segundo río se llama Guijón: es el que recorre toda la tierra de Cus.14El tercero se llama Tigris: es el que pasa al este de Asur. El cuarto es el Eufrates.15El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.16Y le dio esta orden: «Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín,17exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte».18Después dijo el Señor Dios: «No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».19Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales de campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre.20El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada.21Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío.22Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.23El hombre exclamó: «¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre».24Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.25Los dos, el hombre y la mujer, estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.