Scrutatio

Lunedi, 20 maggio 2024 - San Bernardino da Siena ( Letture di oggi)

Hechos de los Apóstoles 4


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Estaban hablando al pueblo, cuando se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos,1 Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos,
2 molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban en la persona de Jesús la resurrección de los muertos.2 irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús.
3 Les echaron mano y les pusieron bajo custodia hasta el día siguiente, pues había caído ya la tarde.3 Estos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde.
4 Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron; y el número de hombres llegó a unos 5.000.4 Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil.
5 Al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, ancianos y escribas,5 Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas,
6 el Sumo Sacerdote Anás, Caifás, Jonatán, Alejandro y cuantos eran de la estirpe de sumos sacerdotes.6 con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes.
7 Les pusieron en medio y les preguntaban: «¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho vosotros eso?»7 Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: «¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?».
8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos,8 Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos,
9 puesto que con motivo de la obra realizada en un enfermo somos hoy interrogados por quién ha sido éste curado,9 ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue curado,
10 sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros.10 sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos.
11 El es la piedra que vosotros, los constructores, habéis despreciado y que se ha convertido en piedra angular.11 El es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular.
12 Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos».12 Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación».
13 Viendo la valentía de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. Reconocían, por una parte, que habían estado con Jesús;13 Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron que eran los que habían acompañado a Jesús,
14 y al mismo tiempo veían de pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado; de modo que no podían replicar.14 pero no podrían replicarles nada, porque el hombre que había sido curado estaba de pie, al lado de ellos.
15 Les mandaron salir fuera del Sanedrín y deliberaban entre ellos.15 Entonces les ordenaron salir del Sanedrín y comenzaron a deliberar,
16 Decían: «¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente para todos los habitantes de Jerusalén, que ellos han realizado una señal manifiesta, y no podemos negarlo.16 diciendo: «¿Qué haremos con estos hombres? Porque no podemos negar que han realizado un signo bien patente, que es notorio para todos los habitantes de Jerusalén.
17 Pero a fin de que esto no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen ya más a nadie en este nombre».17 A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos, para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre».
18 Les llamaron y les mandaron que de ninguna manera hablasen o enseñasen en el nombre de Jesús.18 Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el nombre de Jesús.
19 Mas Pedro y Juan les contestaron: «Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.19 Pedro y Juan les respondieron: «Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios.
20 No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído».20 Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído».
21 Ellos, después de haberles amenazado de nuevo, les soltaron, no hallando manera de castigarles, a causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había occurrido,21 Después de amenazarlos nuevamente, los dejaron en libertad, ya que no sabían cómo castigarlos, por temor al pueblo que alababa a Dios al ver lo que había sucedido.
22 pues el hombre en quien se había realizado esta señal de curación tenía más de cuarenta años.22 El hombre milagrosamente curado tenía más de cuarenta años.
23 Una vez libres, vinieron a los suyos y les contaron todo lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y ancianos.23 Una vez en libertad, los Apóstoles regresaron adonde estaban sus hermanos, y les contaron todo lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
24 Al oírlo, todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron: «Señor, tú que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos,24 Al oírlos, todos levantaron la voz y oraron a Dios unánimemente: «Señor, tú hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos;
25 tú que has dicho por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David, tu siervo: ¿A qué esta agitación de las naciones, estos vanos proyectos de los pueblos?25 tú, por medio del Espíritu Santo, pusiste estas palabras en labios de nuestro padre David, tu servidor: "¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen vanos proyectos?
26 Se han presentado los reyes de la tierra y los magistrados se han aliado contra el Señor y contra su Ungido.26 Los reyes de la tierra se rebelaron y los príncipes se aliaron contra el Señor y contra su Ungido".
27 «Porque verdaderamente en esta ciudad se han aliado Herodes y Poncio Pilato con las naciones y los pueblos de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien has ungido,27 Porque realmente se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con las naciones paganas y los pueblos de Israel, contra tu santo servidor Jesús, a quien tú has ungido.
28 para realizar lo que en tu poder y en tu sabiduría habías predeterminado que sucediera.28 Así ellos cumplieron todo lo que tu poder y tu sabiduría habían determinado de antemano.
29 Y ahora, Señor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos que puedan predicar tu Palabra con toda valentía,29 Ahora, Señor, mira sus amenazas, y permite a tus servidores anunciar tu Palabra con toda libertad:
30 extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús».30 extiende tu mano para que se realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor Jesús:.
31 Acabada su oración, retembló el lugar donde estaban reunidos, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y predicaban la Palabra de Dios con valentía.31 Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaban decididamente la Palabra de Dios.
32 La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos.32 La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos.
33 Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía.33 Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima.
34 No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta,34 Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían
35 y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad.35 y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades.
36 José, llamado por los apóstoles Bernabé (que significa: «hijo de la exhortación»), levita y originario de Chipre,36 Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé –que quiere decir hijo del consuelo– un levita nacido en Chipre
37 tenía un campo; lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.37 que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los Apóstoles.