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Lunedi, 3 giugno 2024 - San Carlo Lwanga ( Letture di oggi)

Josué 14


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Estos son los territorios que los israelitas recibieron como herencia en el país de Canaán, o sea, los territorios que les asignaron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los jefes de familia de las tribus de Israel.1 Esto es lo que recibieron como heredad los israelitas en el país de Canaán, lo que les repartieron como heredad el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, y los cabezas de familia de las tribus de Israel.
2 Ellos los distribuyeron mediante un sorteo –como el Señor lo había mandado por medio de Moisés– entre las nueve tribus y media que faltaban.2 El reparto para las nueve tribus de Israel y la media tribu se hizo a suertes, como Yahveh había ordenado por medio de Moisés.
3 Porque a las otras dos tribus y media, Moisés ya les había asignado una herencia al otro lado del Jordán, pero a los levitas no les había dado ninguna herencia en medio de ellos3 Porque Moisés había dado su heredad a las dos tribus y media de Transjordania sin dar a los levitas heredad entre ellas.
4 Los hijos de José, por su parte, habían formado dos tribus: la de Efraím y la de Manasés; pero a los levitas no se les dio ningún territorio dentro del país, sino solamente algunas ciudades de residencia, con los correspondientes campos de pastoreo para su ganado y sus rebaños.4 Pues los hijos de José vinieron a formar dos tribus: Manasés y Efraím, pero a los levitas no se les dio ninguna parte en el territorio sino sólo ciudades para residir, con los pastos correspondientes para sus ganados y su hacienda.
5 En la distribución de la tierra los israelitas hicieron exactamente lo que el Señor había ordenado a Moisés.5 Como Yahveh había mandado a Moisés, así hicieron los israelitas en el reparto de la tierra.
6 Los hijos de Judá fueron a Guilgal, donde estaba Josué; y Caleb, hijo de Iefuné, el quenizita, le dijo: «Tú sabes muy bien lo que el Señor dijo a Moisés, el hombre de Dios, acerca de mí y de ti, en Cades Barné.6 Se acercaron los hijos de Judá a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de Yefunné el quenizita, le dijo: «Ya sabes lo que le dijo Yahveh a Moisés, el hombre de Dios, de ti y de mí en Cadés Barnea.
7 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, el servidor del Señor, me envió de Cades Barné a explorar el país, y yo lo informé con toda franqueza.7 Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo de Yahveh, me envió de Cadés Barnea a explorar esta tierra y yo le di un informe con toda sinceridad.
8 Mientras los compañeros que habían ido conmigo desalentaban al pueblo, yo me mantuve plenamente fiel al Señor, mi Dios.8 Los hermanos que habían subido conmigo desanimaron al pueblo, pero yo me mantuve fiel a Yahveh mi Dios.
9 Aquel día, Moisés hizo esta promesa, ratificándola con un juramento: «La tierra que pisaron tus pies será herencia tuya y de tus hijos para siempre, porque te has mantenido plenamente fiel al Señor, mi Dios»,9 Aquel día Moisés hizo este juramento: “Te juro que la tierra que ha hollado tu pie será heredad tuya y de tus hijos para siempre. Porque has sido fiel a Yahveh mi Dios.”
10 Ahora ves que el Señor me ha conservado la vida conforme a su promesa. Y han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor dirigió esta palabra a Moisés, cuando todavía Israel iba por el desierto. Ahora tengo ochenta y cinco años,10 Pues ahora mira cómo Yahveh me ha conservado con vida según lo prometió. Hace 45 años que Yahveh le dijo esto a Moisés, cuando Israel iba por el desierto, y ahora tengo 85 años.
11 pero todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Hoy tengo la misma fuerza que tenía entonces, tanto para combatir como para ir de un lado a otro.11 Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Conservo todo mi vigor de entonces para combatir y para ir y venir.
12 Por eso, dame esta montaña que el Señor me prometió aquel día. Tú mismo oíste ese día que allí se encuentran los anaquitas, y que las ciudades son grandes y amuralladas. Pero sin duda el Señor estará conmigo, y yo los expulsaré como él me lo prometió».12 Dame ya esta montaña que me prometió Yahveh aquel día. Ya entonces supiste que hay en ella anaquitas y ciudades grandes y fuertes. Si Yahveh está conmigo, los expulsaré, como me prometió Yahveh».
13 Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Iefuné, y le dio Hebrón como herencia.13 Josué bendijo a Caleb, hijo de Yefunné, y le dio Hebrón por heredad.
14 Por eso Hebrón ha sido hasta el día de hoy la herencia de Caleb, hijo de Iefuné, el quenizita, ya que él se había mantenido plenamente fiel al Señor, el Dios de Israel.14 Por eso Hebrón sigue siendo hasta el día de hoy heredad de Caleb, hijo de Yefunné el quenizita, por haber sido fiel a Yahveh, Dios de Israel.
15 El nombre primitivo de Hebrón fue Quiriat Arbá, y Arbá fue el más grande de los anaquitas. Después cesó la guerra en el país.15 El nombre primitivo de Hebrón era Quiryat Arbá. Arbá era el hombre más alto entre los anaquitas. Y el país vivió en paz tras la guerra.