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Giovedi, 16 maggio 2024 - San Simone Stock ( Letture di oggi)

Juan 20


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.
2 Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto».
3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
5 Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
6 Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo,6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,
7 y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.
8 Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,
9 Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
10 Los discípulos regresaron entonces a su casa.10 Los discípulos, entonces, volvieron a casa.
11 María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro,
12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
13 Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».13 Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto».
14 Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
15 Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo».15 Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré».
16 Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!».16 Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -.
17 Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes».17 Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios».
18 María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
19 Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros».
20 Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
21 Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes»21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío».
22 Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo.22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
23 Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
24 Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor».
25 Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré».25 Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré».
26 Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros».
27 Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe».27 Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente».
28 Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!.28 Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío».
29 Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».29 Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».
30 Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro.30 Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro.
31 Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.31 Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.