Scrutatio

Venerdi, 17 maggio 2024 - San Pasquale Baylon ( Letture di oggi)

Josué 11


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Cuando Iabín, rey de Jasor, se enteró de lo que había sucedido, envió mensajeros al rey Iobab de Madón, al rey Simrón y al de Acsaf;1 Cuando Yabín, rey de Jasor, se enteró, mandó aviso a Yobab, rey de Merom, al rey de Simrón, al rey de Aksaf,
2 a los reyes que estaban al norte, en la zona montañosa, y en la Arabá, al sur de Genesaret, en la región baja y sobre las alturas del Dor, hacia el oeste.2 y a los reyes de la parte norte de la montaña, del valle al sur de Kinerot, de la Tierra Baja y de las alturas del oeste de Dor.
3 Los cananeos se encontraban al este y al oeste; los amorreos, los jivitas, los perizitas y los jebuseos, en la Montaña; y los hititas al pie del Hermón, en el territorio de Mispá.3 El cananeo estaba al oriente y al occidente; el amorreo, el jivita, el perizita y el jebuseo en la montaña; el hitita en las faldas del Hermón, en el país de Mispá.
4 Los cinco reyes salieron con todas sus tropas –que formaban una multitud tan numerosa como la arena que está a la orilla del mar– y con una enorme cantidad de carros de guerra y caballos.4 Partieron, pues, con todas sus tropas: una muchedumbre innumerable como la arena de la orilla del mar y con gran número de caballos y carros.
5 Y una vez reunidos en el lugar fijado, fueron a acampar todos juntos cerca de las aguas de Meróm, para combatir contra Israel.5 Se juntaron todos estos reyes, llegaron y acamparon juntos hacia las aguas de Merom para luchar contra Israel.
6 Pero el Señor dijo a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana, a esta misma hora, yo haré que estén todos muertos delante de Israel. Tú mutilarás sus caballos y quemarás sus carros de guerra».6 Yahveh dijo entonces a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta misma hora los dejará a todos ellos atravesados ante Israel; tú desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros».
7 Entonces Josué, con todos sus combatientes, marchó contra ellos hasta las aguas de Meróm, atacándolos sorpresivamente.7 Josué, con toda su gente de guerra, los alcanzó de improvisio junto a las aguas de Merom y cayó sobre ellos.
8 El Señor los puso en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón –la Grande– y hasta Misrefort Maim; y por la parte oriental, hasta el valle de Mispá. La derrota que les infligió Israel fue tal que no dejaron ningún sobreviviente.8 Yahveh los entregó en manos de Israel, que los batió y persiguió por occidente hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot y, por oriente, hasta el valle de Mispá. Los batió hasta que no quedó ni uno vivo.
9 Y Josué los trató como el Señor se lo había mandado: mutiló a sus caballos y quemó sus carros de guerra.9 Josué los trató como le había dicho Yahveh: desjarretó sus caballos y quemó sus carros.
10 En aquel tiempo, Josué volvió atrás, se apoderó de Jasor y mató a su rey con la espada, porque Jasor había sido antiguamente la cabeza de todos aquellos reinos.10 Por entonces, Josué se volvió y tomó Jasor, y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos.
11 También pasó al filo de la espada a todos los seres vivientes que había en ella, consagrándolos al exterminio total. No quedó nada con vida, y Jasor fue incendiada.11 Pasaron a cuchillo a todo ser viviente que había en ella, dando cumplimiento al anatema. No quedó alma viva y Jasor fue entregada a las llamas.
12 Josué tomó asimismo todas las ciudades de aquellos reyes, y a estos últimos los capturó y los pasó al filo de la espada, consagrándolos al exterminio, como Moisés, el servidor del Señor, se lo había ordenado.12 Josué se apoderó de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus reyes y los pasó a cuchillo para cumplir en ellos el anatema, según le había mandado Moisés, siervo de Yahveh.
13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades que ahora vuelven a alzarse sobre sus ruinas, a excepción de Jasor, que fue la única incendiada por Josué.13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus montículos de ruinas; con la única excepción de Jasor, que fue incendiada por Josué.
14 El botín de estas ciudades, incluido el ganado, se lo repartieron los israelitas; a las personas, en cambio, las pasaron al filo de la espada, hasta acabar con todos. No dejaron a nadie con vida.14 El botín de estas ciudades, incluso el ganado, se lo repartieron los israelitas. Pero pasaron a cuchillo a todo ser humano hasta acabar con todos. No dejaron ninguno con vida.
15 Josué se atuvo exactamente a las órdenes que le había dado Moisés –el servidor del Señor– órdenes que este, a su vez, había recibido del Señor. Y al ejecutarlas, no descuidó nada de lo que el Señor había ordenado a Moisés.15 Tal como Yahveh había ordenado a su siervo Moisés, Moisés se lo había ordenado a Josué, Josué lo ejecutó: no dejó de pasar una sola palabra de lo que Yahveh había ordenado a Moisés.
16 Así Josué conquistó todo este territorio, la Montaña, todo el Négueb, toda la región de Gosen, la Sefelá, la Arabá, la montaña de Israel y sus estribaciones,16 Josué se apoderó de todo el país: de la montaña, de todo el Négueb y de todo el país de Gosen, de la Tierra Baja, de la Arabá, de la montaña de Israel y de sus estribaciones.
17 desde la montaña Desnuda que sube hacia Seir, hasta Baal Gad, en el valle del Líbano, al pie del Hermón, Josué capturó a sus reyes y los mandó matar.17 Desde el monte Pelado, que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, al pie del monte Hermon, apreso a todos sus reyes y los hirió de muerte.
18 El tuvo que combatir mucho tiempo contra estos reyes;18 Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes;
19 y como ninguna ciudad, excepto los jivitas que habitan en Gabaón, quiso hacer las paces con los israelitas, estos tuvieron que conquistarlas a todas por la fuerza.19 no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas que vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza.
20 Pero el designio del Señor era que ellos se obstinaran en hacer la guerra contra Israel, a fin de que fueran consagrados sin piedad al exterminio y así fueran aniquilados, como el Señor había ordenado a Moisés.20 Porque de Yahveh provenía el endurecer su corazón para combatir a Israel, para ser así consagradas al anatema sin remisión y para ser exterminadas, como había mandado Yahveh a Moisés.
21 En aquel tiempo, Josué hizo una campaña contra los anaquitas y los exterminó de la Montaña: de Hebrón, de Debir, de Anab, en una palabra, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel. Los consagró al exterminio con todas sus ciudades,21 Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades.
22 y no quedó un solo anaquita en territorio de Israel. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gad y en Asdod.22 No quedó un anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en Gaza, Gad y Asdod.
23 Así Josué se apoderó de todo el país, de acuerdo con lo que el Señor le había dicho a Moisés, y lo entregó como propiedad hereditaria a cada una de las tribus de Israel. Y ya no hubo más guerra en el país.23 Josué se apoderó de toda la tierra tal como Yahveh le había dicho a Moisés, y se la dio en herencia a Israel según las suertes de las tribus. Y el país vivió en paz tras la guerra.