Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Marcos 9


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1Y les decía: «Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder».2Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevo a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos.3Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas.4Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.5Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».6Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.7Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: «Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo».8De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos.9Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.10Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significará «resucitar de entre los muertos».11Y le hicieron esta pregunta: «¡Por qué dicen los escribas que antes debe venir Elías?».12Jesús les respondió: «Sí, Elías debe venir antes para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado?13Les aseguro que Elías ya ha venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba escrito».14Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas.15En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo.16El les preguntó: «¿Sobre qué estaban discutiendo?».17Uno de ellos le dijo: «Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo.18Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron».19«Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuando estaré con ustedes? ¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo».20Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca.21Jesús le preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que está así?». «Desde la infancia, le respondió,22y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos».23«¡Si puedes...!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree».24Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe».25Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más».26El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: «Está muerto».27Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.28Cuando entró a la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?».29El les respondió: «Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración».30Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera,31porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará».32Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.33Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: «¿De qué hablaban en el camino?».34Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.35Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos».36Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo:37«El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado».38Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».39Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.40Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.41Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.42Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.43Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible.45Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.47Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena,48donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.49Porque cada uno será salado por el fuego.50La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros».