Scrutatio

Lunedi, 3 giugno 2024 - San Carlo Lwanga ( Letture di oggi)

2 Crónicas 23


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Al séptimo año, Iehoiadá se armó de valor y reunió a los centuriones: a Azarías, hijo de Ierojam, a Ismael, hijo de Iehojanán, a Azarías, hijo de Obed, a Maaseías, hijo de Adías, y a Elisafat, hijo de Zicrí. Hizo un pacto con ellos,1 El año séptimo, Yehoyadá cobró ánimo y envió a buscar a los jefes de cien, a Azarías, hijo de Yerojam; a Ismael, hijo de Yehojanán; a Azarías, hijo de Obed; a Maaseías, hijo de Adaías, y a Elisafat, hijo de Zikrí; concertando un pacto con ellos,
2 y recorrieron todo el territorio de Judá congregando a los levitas de todas las ciudades y a los jefes de familia de Israel. Cuando llegaron a Jerusalén,2 recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá, y a los cabezas de familia de Israel, que vinieron a Jerusalén.
3 toda la asamblea selló una alianza con el rey en la Casa de Dios. Iehoiadá les dijo: «Aquí está el hijo del rey. El debe reinar, como lo dijo el Señor acerca de los descendientes de David.3 Toda la asamblea hizo alianza con el rey en la Casa de Dios; Yehoyadá les dijo: «Aquí tenéis al hijo del rey que ha de reinar, como dijo Yahveh de los hijos de David.
4 Ustedes harán lo siguiente: un tercio de ustedes, los sacerdotes y levitas que entran de servicio el día sábado, montarán guardia en las puertas;4 Esto es lo que tenéis que hacer: Un tercio de vosotros, así sacerdotes como levitas, los que entráis el sábado, se quedarán de porteros en las entradas;
5 otro tercio ocupará la casa del rey, y el otro tercio se quedará en la puerta del Fundamento. Mientras tanto, todo el pueblo permanecerá en los atrios de la Casa del Señor.5 otro tercio, en la casa del rey; y otro tercio, en la casa del Fundamento; mientras que todo el pueblo estará en los atrios de la Casa de Yahveh.
6 Que nadie entre en la Casa del Señor, fuera de los sacerdotes y levitas que estén de servicio. Ellos podrán entrar, porque están consagrados. Pero todo el pueblo observará las prescripciones del Señor.6 Nadie podrá entrar en la Casa de Yahveh fuera de los sacerdotes y los levitas que estén de servicio; éstos podrán entrar por estar consagrados, pero todo el pueblo tiene que guardar el precepto de Yahveh.
7 Los levitas formarán un círculo alrededor del rey, con las armas en la mano. Cualquiera que intente penetrar en el Templo, morirá. Permanezcan junto al rey dondequiera que vaya».7 Los levitas se pondrán en torno al rey, cada uno con sus armas en la mano, y cualquiera que penetre en la Casa, morirá. Sólo ellos acompañarán al rey cuando entre y cuando salga».
8 Los levitas y todo Judá ejecutaron exactamente lo que les había ordenado el sacerdote Iehoiadá. Cada uno de ellos tomó a sus hombres –los que entraban de servicio y los que eran relevados el día sábado– porque el sacerdote Iehoiadá no había exceptuado a ninguna de las clases.8 Los levitas y todo Judá hicieron cuanto les había mandado el sacerdote Yehoyadá. Tomó cada uno a sus hombres, tanto los que entraban el sábado como los que salían el sábado; pues el sacerdote Yehoyadá no exceptuó a ninguna de las secciones.
9 El sacerdote Iehoiadá entregó a los centuriones las lanzas, los escudos y los broqueles del rey David, que estaban en la Casa de Dios.9 El sacerdote Yehoyadá entregó a los jefes de cien las lanzas y los escudos, grandes y pequeños, del rey David, que se hallaban en la Casa de Dios,
10 Luego apostó a toda la tropa, casa uno con una jabalina en la mano, desde el lado sur hasta el lado norte de la Casa, delante del altar y delante de la Casa, para formar un círculo alrededor del rey.10 y apostó a todo el pueblo, cada uno con sus armas en la mano, desde el ala oriental de la Casa hasta el ala occidental, entre el altar y la Casa, para que rodeasen al rey.
11 Entonces hicieron salir al hijo del rey, le impusieron la diadema y el Testimonio, lo proclamaron rey, y Iehoiadá y sus hijos lo ungieron, aclamando: «¡Viva el rey!».11 Hicieron salir entonces al hijo del rey y le pusieron la diadema y el Testimonio. Le proclamaron rey; Yehoyadá y sus hijos le ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!».
12 Atalía oyó el griterío de la gente que corría y aclamaba al rey, y se dirigió hacia la Casa del Señor, donde estaba el pueblo.12 Al oír Atalía los gritos del pueblo que corría y aclamaba al rey, vino a la Casa de Yahveh, donde estaba el pueblo,
13 Y al ver al rey de pie sobre el estrado, junto a la entrada, a los jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo que estaba de fiesta y tocaba las trompetas, y a los cantores que dirigían las aclamaciones con sus instrumentos musicales, rasgó sus vestiduras y gritó: «¡Traición! ¡Traición!».13 miró, y vio al rey en pie junto a la columna, a la entrada, y a los jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo de la tierra, lleno de alegría, que tocaba las trompetas, y a los cantores que, con instrumentos de música, dirigían los cánticos de alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: «¡Traición, traición!»
14 Entonces el sacerdote Iehoiadá impartió órdenes a los centuriones encargados de la tropa, diciéndoles: «¡Háganla salir de entre las filas! Si alguien la sigue, que sea pasado al filo de la espada». Porque el sacerdote había dicho: «No la maten la Casa del Señor».14 Pero el sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de cien, que estaban al frente de las tropas, y les dijo: «Hacedla salir de las filas, y el que la siga que sea pasado a espada». Porque había dicho el sacerdote: «No la matéis en la Casa de Yahveh».
15 La llevaron a empujones, y por la entrada de la puerta de los Caballos legó a la casa del rey; allí la mataron.15 Así pues, ellos echaron mano de ella, y cuando llegó a la casa del rey por el camino de la Entrada de los Caballos, allí la mataron.
16 Iehoiadá selló una alianza entre el Señor, el rey y todo el pueblo, comprometiéndose este a ser el pueblo del Señor.16 Entonces Yehoyadá pactó alianza con todo el pueblo y el rey de que el pueblo sería pueblo de Yahveh.
17 Luego, todo el pueblo se dirigió al templo de Baal, lo derribó y destrozó sus altares y sus imágenes. Y a Matán, el sacerdote de Baal, lo mataron delante de los altares.17 Fue después todo el pueblo a la casa de Baal y la derribaron; rompieron sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, ante los altares.
18 Iehoiadá estableció puestos de guardia en la casa del Señor, a las órdenes de los sacerdotes que David había distribuido en la Casa del Señor, para ofrecer holocaustos al Señor –como está escrito en la Ley de Moisés –con alegría y con cantos, según las prescripciones de David.18 Yehoyadá puso centinelas en la Casa de Yahveh, a los órdenes de los sacerdotes y levitas que David había distribuido en la Casa de Yahveh, conforme a lo escrito en la Ley de Moisés, para ofrecer los holocaustos con alegría y cánticos, según las disposiciones de David.
19 Puso porteros en las puertas de la Casa del Señor, para que no entrara absolutamente nada impuro.19 Puso porteros junto a las puertas de la Casa de Yahveh para que no entrase ninguno que por cualquier causa fuese inmundo.
20 Después reunió a los centuriones, a los dignatarios, a las autoridades del pueblo y a toda la gente del país; hizo descender a la Casa del Señor al rey, y entraron en la casa del rey por la puerta Alta. Allí hicieron sentar al rey en el trono real.20 Después tomó a los jefes de cien, a los notables, a los dirigentes del pueblo y al pueblo entero de la tierra; y haciendo descender al rey de la Casa de Yahveh, entraron por la puerta superior en la casa del rey y le sentaron en el trono del reino.
21 Toda la gente del país se alegró y la ciudad permaneció en calma. A Atalía la habían pasado al filo de la espada.21 Todo el pueblo de la tierra estaba contento, y la ciudad quedó tranquila; en cuanto a Atalía, la habían matado a espada.