Scrutatio

Mercoledi, 15 maggio 2024 - Sant'Isidoro agricoltore ( Letture di oggi)

Jeremias 37


font
SAGRADA BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 O rei Sedecias, filho de Josias, sucedeu a {Je} Conias, filho de Joaquim, tendo sido proclamado rei da terra de Judá por Nabucodonosor, rei de Babilônia.1 El rey Sedecías, hijo de Josías –a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, había constituido rey en el país de Judá– reinó en lugar de Conías, hijo de Joaquím.
2 Nem ele, porém, nem seus súditos e a população da terra escutaram os oráculos que lhes transmitia o Senhor, por intermédio do profeta Jeremias.2 Pero ni él, ni sus servidores, ni el pueblo del país escucharon las palabras que había dicho el Señor por medio del profeta Jeremías.
3 O rei Sedecias enviou, entretanto, Jucal, filho de Selemias, e o sacerdote Sofonias, filho de Maasias, ao profeta Jeremias, a fim de lhe dizer: Intercede por nós junto ao Senhor, nosso Deus.3 El rey Sedecías envió a Iucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sefanías, hijo de Maasías, para que dijeran al profeta Jeremías: «Ruega por nosotros al Señor, nuestro Dios».
4 Jeremias, que ainda não havia sido aprisionado, andava entre o povo.4 Mientras tanto, Jeremías se desplazaba libremente en medio del pueblo, y aún no lo habían puesto en la cárcel.
5 Partira então do Egito o exército do faraó. Ao receberem tal notícia, os caldeus, que sitiavam Jerusalém, abandonaram a cidade.5 Además, las tropas del Faraón habían salido de Egipto, y los caldeos que sitiaban a Jerusalén, al oír la noticia, habían levantado el asedio.
6 Nestes termos foi a palavra do Senhor dirigida ao profeta Jeremias: Eis o que diz o Senhor Deus de Israel:6 La palabra del Señor llegó al profeta Jeremías, en estos términos:
7 assim falarás ao rei de Judá que te envia seus delegados para interrogar-me: o exército do faraó que saiu para vos dar socorro vai regressar ao Egito.7 Así habla el Señor, el Dios de Israel: Esto es lo que le dirán al rey de Judá, que los envía a consultarme: El ejército del Faraón que salió en auxilio de ustedes, se volverá a su país, a Egipto.
8 Voltarão os caldeus a sitiar a cidade, tomá-la-ão de assalto e a entregarão às chamas.8 Entonces los caldeos volverán, combatirán contra esta ciudad, la tomarán y la incendiarán.
9 Oráculo do Senhor: não queirais enganar-vos, julgando que os caldeus se irão definitivamente. Eles não irão embora.9 Así habla el Señor: No se engañen a ustedes mismos, diciendo: «Seguro que los caldeos se irán lejos de nosotros». ¡Porque ellos no se irán!
10 Ainda que derrotásseis todo o exército dos caldeus que combate contra vós, e que dele só restassem feridos sob as tendas, cada um deles ainda se levantaria para incendiar a cidade.10 Aun cuando derrotaran a todo el ejército de los caldeos que combaten contra ustedes, y no les quedaran más que algunos heridos, estos se levantarían cada uno en su carpa y prenderían fuego a esta ciudad.
11 Quando as tropas dos caldeus se afastaram de Jerusalém, ante a aproximação do exército do faraó,11 Como el ejército de los caldeos se había alejado de Jerusalén por el avance de las tropas del Faraón,
12 quis Jeremias sair da cidade para dirigir-se à terra de Benjamim, a fim de lá se reabastecer com o resto do povo.12 Jeremías quiso salir de Jerusalén para ir al país de Benjamín, a fin de ocuparse allí de una repartición de bienes en medio de los suyos.
13 Encontrava-se porém um guarda às portas de Benjamim, chamado Jerias, filho de Selemias, filho de Ananias, o qual, ao chegar o profeta, deteve-o, dizendo: tu foges para os caldeus.13 Y mientras estaba en la puerta de Benjamín, donde se encontraba un capitán de guardias llamado Jirías, hijo de Selemías, hijo de Ananías, este detuvo al profeta Jeremías, diciendo: «¡Vas a pasarte a los caldeos!».
14 É falso! retorquiu o profeta, eu não passo para os caldeus. Não quis porém Jerias ouvi-lo; prendeu-o e levou-o à presença dos chefes.14 Jeremías respondió: «¡Es falso! Yo no me paso del lado de los caldeos». Pero Jirías no lo escuchó; detuvo a Jeremías y lo llevó ante los jefes.
15 E estes, enfurecendo-se contra Jeremias, açoitaram-no e prenderam-no na casa do escriba Jonatã, transformada em prisão.15 Estos se irritaron contra Jeremías, lo golpearon y lo encarcelaron en la casa de Jonatán, el secretario, que habían convertido en prisión.
16 Foi então o profeta atirado num calabouço, onde permaneceu vários dias.16 Así Jeremías fue a parar dentro de una cisterna abovedada y pasó allí mucho tiempo.
17 O rei Sedecias, porém, mandou-o buscar, a fim de interrogá-lo secretamente em seu palácio. Tens, porventura, perguntou-lhe, algum oráculo do Senhor? Sim, respondeu-lhe Jeremias. Serás entregue nas mãos do rei de Babilônia.17 El rey Sedecías lo mandó atraer, y lo interrogó secretamente en su propia casa, diciendo: «¿Hay alguna palabra de parte del Señor?». «Sí», respondió Jeremías, y añadió: «Tú serás entregado en manos del rey de Babilonia».
18 E acrescentou ao rei Sedecias: em que te ofendi, a ti, aos teus servos e a teu povo, para que me lançasses na prisão?18 Luego Jeremías dijo al rey Sedecías: «¿Qué falta cometí contra ti, contra tus servidores y contra este pueblo, para que me hayan puesto en una prisión?
19 Onde estão os profetas que vos prediziam não dever mais voltar o rei de Babilônia contra vós e contra a terra?19 ¿Dónde están los profetas que les profetizaban, diciendo: El rey de Babilonia no vendrá contra ustedes ni contra este país?
20 Escuta-me, agora, ó meu rei e digna-te acolher minha súplica: não permitas que seja eu reconduzido à casa do escriba Jonatã, para que eu não morra lá.20 Y ahora, ¡dígnate escuchar, rey, mi señor! Que mi súplica llegue hasta ti: ¡No me hagas volver a la casa de Jonatán, el secretario, no sea que muera allí!».
21 Ordenou então o rei Sedecias que Jeremias fosse retido no pátio do cárcere e que lhe dessem todos os dias uma torta de pão, da rua dos Padeiros, enquanto na cidade houvesse pão. E assim permaneceu Jeremias no pátio do cárcere.21 Entonces el rey Sedecías mandó poner bajo custodia a Jeremías en el patio de la guardia, y ordenó que le dieran cada día una rosca de pan de la calle de los Panaderos, hasta que no hubiera más pan en la ciudad. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.