Scrutatio

Giovedi, 16 maggio 2024 - San Simone Stock ( Letture di oggi)

Jueces 3


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 El Señor dejo que sobrevivieron algunas naciones, para poner a prueba por medio de ellas a Israel, a todos aquellos que habían intervenido en las guerras de Canaán.1 Estos son los pueblos que Yahveh dejó subsistir para probar con ellos a Israel, a cuantos no habían conocido ninguna de las guerras de Canaán.
2 Lo hizo solamente para enseñar a combatir a los que no lo habían hecho antes, es decir, a las nuevas generaciones de israelitas.2 (Era sólo para que aprendieran las generaciones de los hijos de Israel, para enseñarles el arte de la guerra; por lo menos los que antes no lo habían conocido):
3 Esas naciones son las siguientes: Los filisteos con sus cinco príncipes y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que habitaban en la montaña del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta la Entrada de Jamat.3 los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que vivían en el monte Líbano, desde la montaña de Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.
4 Estas naciones sirvieron para probar a Israel, y ver si era fiel a los mandamientos que el Señor había dado a sus padres por medio de Moisés.4 Sirvieron para probar con ellos a Israel, a ver si guardaban los mandamientos que Yahveh había prescrito a sus padres por medio de Moisés.
5 Por eso los israelitas tuvieron que vivir en medio de los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos.5 Y los israelitas habitaron en medio de los cananeos, hititas, amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos;
6 Ellos se casaron con mujeres de estos pueblos, les dieron por esposas a sus propias hijas, y sirvieron a sus dioses.6 se casaron con sus hijas, dieron sus propias hijas a los hijos de aquellos y sirvieron a sus dioses.
7 Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos del Señor: se olvidaron del Señor, su Dios, y sirvieron a los Baales y a las Aserás.7 Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahveh. Se olvidaron de Yahveh su Dios y sirvieron a los Baales y a las Aserás.
8 La ira del Señor se encendió contra Israel, y los entregó a Cusán Riseataim, rey de Edom, a quien estuvieron sometidos durante ocho años.8 Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los dejó a merced de Kusán Riseatáyim, rey de Edom, y los israelitas sirvieron a Kusán Riseatáyim durante ocho años.
9 Los israelitas clamaron al Señor, y él hizo surgir un salvador que los libró. Este fue Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb.9 Los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh suscitó a los israelitas un libertador que los salvó: Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb.
10 El espíritu del Señor descendió sobre Otniel: él fue juez en Israel y salió a combatir. El Señor entregó en sus manos a Cusán Riseataim, rey de Edom, y su mano prevaleció sobre él.10 El espíritu de Yahveh vino sobre él, fue juez de Israel y salió a la guerra. Yahveh puso en sus manos a Kusán Riseatáyim, rey de Edom y triumfó sobre Kusán Riseatáyim.
11 Así hubo paz en el país durante cuarenta años. Después murió Otniel, hijo de Quenaz.11 El país quedó tranquilo cuarenta años. Y murió Otniel, hijo de Quenaz.
12 Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos del Señor. Entonces el Señor dio poder a Eglón, rey de Moab, sobre Israel, porque ellos hacían lo que es malo a los ojos del Señor.12 Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Yahveh; y Yahveh fortaleció a Eglón, rey de Moab, por encima de Israel, porque hacían lo que desagradaba a Yahveh.
13 Después de aliarse con los amonitas y los amalecitas, Eglón atacó y derrotó a Israel, y se apoderó de la ciudad de las Palmeras.13 A Eglón se le juntaron los hijos de Ammón y de Amalec; salió y derrotó a Israel, y tomó la ciudad de las Palmeras.
14 Así los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.14 Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, dieciocho años.
15 Los israelitas clamaron al Señor, y él hizo surgir como salvador a Ehúd, hijo de Guerá, de la tribu de Benjamín, que era zurdo. Ellos le encargaron que llevara el tributo a Eglón, rey de Moab.15 Entonces los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh les suscitó un libertador: Ehúd, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le encargaron de llevar el tributo a Eglón, rey de Moab.
16 Ehúd se hizo un puñal de doble filo, que ciñó debajo de la ropa, sobre el lado derecho.16 Ehúd se hizo un puñal de dos filos, de un codo de largo, se lo ciño debajo de la ropa sobre el muslo derecho,
17 Luego fue a presentar el tributo a Eglón, rey de Moab, que era un hombre muy obeso.17 y presentó el tributo a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre muy obeso.
18 Apenas terminó de presentar el tributo, Ehúd despidió a la gente que había transportado la carga,18 En cuanto terminó de presentar el tributo, Ehúd mandó marchar a la gente que había llevado el tributo;
19 y él, al llegar a los ídolos que están junto a Guilgal, volvió a presentarse delante del rey y le dijo: «Rey, tengo que comunicarte un asunto confidencial». El rey dijo: «Retírense todos». Y todos los que estaban con él salieron de su presencia.19 pero él, al llegar a los Idolos que hay en la región de Guilgal, volvió otra vez y dijo: «Tengo un mensaje secreto para ti ¡oh rey!» El rey respondió: ¡Silencio!» y salieron de su presencia todos los que estaban con él.
20 Cuando entró Ehúd, el rey se encontraba en la habitación de arriba, que era más fresca y estaba reservada para él solo. Ehúd le dijo: «Tengo que comunicarte un oráculo divino». El rey se levantó de su trono.20 Ehúd se le acercó . El rey estaba sentado en su galería fresca particular. Ehúd le dijo: «Tengo una palabra de Dios para tí». El rey se levantó de su silla.
21 Entonces Ehúd extendió su mano izquierda, tomó el puñal que llevaba sobre el lado derecho, y lo clavó en el vientre del rey.21 Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera derecha y se lo hundió en el vientre.
22 La hoja se hundió hasta le empuñadura y quedó totalmente cubierta por la grasa, porque Ehúd no extrajo el puñal del vientre.22 Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó por la ventana.
23 Después de atrancar las puertas de la habitación alta, Ehúd salió por la ventana.23 Ehúd salió por el pórtico; había cerrado tras de sí las puertas de la galería y echado el cerrojo.
24 En seguida, llegaron los servidores y vieron que las puertas de la habitación alta estaban atrancadas. Entonces dijeron: «Seguramente está haciendo sus necesidades en la habitación ventilada».24 Después que se fue, llegaron los criados y vieron que las puertas de la galería tenían echado el cerrojo. Y se dijeron para sí: «Sin duda se está cubriendo los pies en el aposento de la galería fresca».
25 Esperaron hasta cansarse y al ver que no abría la puerta, tomaron la llave, abrieron y encontraron a su señor muerto en el suelo.25 Estuvieron esperando hasta quedar desconcertados, porque no acababan de abrirse las puertas de la galería. Cogieron la llave y abrieron. Su amo yacía en tierra, muerto.
26 Mientras ellos esperaban ansiosamente, Ehúd había logrado escapar: después de pasar por el lugar llamado los Idolos, se había puesto a salvo en Seirá.26 Mientras esperaban, Ehúd había huido: había pasado los Idolos y se había puesto a salvo en Hasseirá.
27 Apenas llegó al territorio de Israel, tocó el cuerno en la montaña de Efraím y los israelitas bajaron de la montaña junto con él. Ehúd iba al frente,27 En cuanto llegó tocó el cuerno en la montaña de Efraím y los israelitas bajaron con él de la montaña. El se puso al frente de ellos,
28 y les dijo: «Síganme, porque el Señor les ha entregado a Moab, el enemigo de ustedes». Ellos lo siguieron, ocuparon los vados del Jordán que estaban en Moab, y no dejaron pasar a nadie.28 y les dijo: «Seguidme, porque Yahveh ha entregado a Moab, vuestro enemigo, en vuestras manos». Bajaron tras él, cortaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie.
29 En aquella ocasión derrotaron a los moabitas, que eran cerca de diez mil hombres, todos fuertes y aguerridos. No pudo escapar ni uno solo.29 Derrotaron en aquella ocasión a los de Moab; eran unos 10.000 hombres, todos fuertes y valientes, y no escapó ni uno.
30 Así fue humillado Moab bajo la mano de Israel, y hubo paz en el país durante ochenta años.30 Aquél día fue humillado Moab bajo la mano de Israel, y el país quedó tranquilo ochenta años.
31 Después de él vino Samgar, hijo de Anat, que derrotó a seiscientos filisteos con una picana de bueyes. El también salvó a Israel.31 Después de él vino Samgar, hijo de Anat. Derrotó a los filisteos, que eran seiscientos hombres, con una aguijada de bueyes; él también salvó a Israel.