Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

1 Juan 3


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1¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.2Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.3El que tiene esta esperanza en él, se purifica, así como él es puro.4El que comete el pecado comete también la iniquidad, porque el pecado es la iniquidad.5Pero ustedes saben que él se manifestó para quitar el pecado, y que él no tiene pecado.6El que permanece en él, no peca, y el que peca no lo ha visto ni lo ha conocido.7Hijos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él mismo es justo.8Pero el que peca procede del demonio, porque el demonio es pecador desde el principio. Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del demonio.9El que ha nacido de Dios no peca, porque el germen de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.10Los hijos de Dios y los hijos del demonio se manifiestan en esto: el que no practica la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.11La noticia que oyeron desde el principio es esta: que nos amemos los unos a los otros.12No hagamos como Caín, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran justas.13No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece.14Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.15El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna.16En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.17Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?18Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad.19En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios20aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.21Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza,22y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.23Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó.24El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.