Scrutatio

Martedi, 14 maggio 2024 - San Mattia ( Letture di oggi)

Hechos de los Apóstoles 9


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote,
2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres.2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
3 Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor.3 Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo,
4 Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».4 cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?»
5 El preguntó: «¿Quién eres tú Señor?». «Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz.5 El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
6 Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer».6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer».
7 Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie.7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie.
8 Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco.8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco.
9 Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.
10 Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en una visión: «¡Ananías!». El respondió: «Aquí estoy, Señor».10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías». El respondió: «Aquí estoy, Señor».
11 El Señor le dijo: «Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso.11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo; mira, está en oración
12 El está orando y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista».12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la vista».
13 Ananías respondió: «Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén.13 Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén
14 Y ahora está aquí con plenos poderes de los jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre».14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre».
15 El Señor le respondió: «Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel.15 El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
16 Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre».16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre».
17 Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saulo, hermano mío, el Señor Jesús –el mismo que se te apareció en el camino– me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo».17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo».
18 En ese momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado.18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.
19 Después comió algo y recobró sus fuerzas. Saulo permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco,19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco,
20 y luego comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios.
21 Todos los que oían quedaban sorprendidos y decían: «¿No es este aquel mismo que perseguía en Jerusalén a los que invocan este Nombre, y que vino aquí para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?».21 Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos sacerdotes?»
22 Pero Saulo, cada vez con más vigor, confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es realmente el Mesías.22 Pero Saulo se crecía y confundía a los judíos que vivían en Damasco demostrándoles que aquél era el Cristo.
23 Al cabo de un tiempo, los judíos se pusieron de acuerdo para quitarle la vida,23 Al cabo de bastante tiempo los judíos tomaron la decisión de matarle.
24 pero Saulo se enteró de lo que tramaban contra él. Y como los judíos vigilaban noche y día las puertas de la ciudad, para matarlo,24 Pero Saulo tuvo conocimiento de su determinación. Hasta las puertas estaban guardadas día y noche para poderle matar.
25 sus discípulos lo tomaron durante la noche, y lo descolgaron por el muro, metido en un canasto.25 Pero los discípulos le tomaron y le descolgaron de noche por la muralla dentro de una espuerta.
26 Cuando llegó a Jerusalén, trato de unirse a los discípulos, pero todos le tenían desconfianza porque no creían que también él fuera un verdadero discípulo.26 Llegó a Jerusalén e intentaba juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
27 Entonces Bernabé, haciéndose cargo de él, lo llevó hasta donde se encontraban los Apóstoles, y les contó en qué forma Saulo había visto al Señor en el camino, cómo le había hablado, y con cuánta valentía había predicado en Damasco en el nombre de Jesús.27 Entonces Bernabé le tomó y le presentó a los apóstoles y les contó cómo había visto al Señor en el camino y que le había hablado y cómo había predicado con valentía en Damasco en el nombre de Jesús.
28 Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba decididamente en el nombre del Señor.28 Andaba con ellos por Jerusalén, predicando valientemente en el nombre del Señor.
29 Hablaba también con los judíos de lengua griega y discutía con ellos, pero estos tramaban su muerte.29 Hablaba también y discutía con los helenistas; pero éstos intentaban matarle.
30 Sus hermanos, al enterarse, lo condujeron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso.30 Los hermanos, al saberlo, le llevaron a Cesarea y le hicieron marchar a Tarso.
31 La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo.31 Las Iglesias por entonces gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria; se edificaban y progresaban en el temor del Señor y estaban llenas de la consolación del Espíritu Santo.
32 Pedro, en una gira por todas las ciudades, visitó también a los santos que vivían en Lida.32 Pedro, que andaba recorriendo todos los lugares, bajó también a visitar a los santos que habitaban en Lida.
33 Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años.33 Encontró allí a un hombre llamado Eneas, tendido en una camilla desde hacía ocho años, pues estaba paralítico.
34 Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te devuelve la salud: levántate, y arregla tú mismo la cama». El se levantó en seguida,34 Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te cura; levántate y arregla tu lecho». Y al instante se levantó.
35 y al verlo, todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón se convirtieron al Señor.35 Todos los habitantes de Lida y Sarón le vieron, y se convirtieron al Señor.
36 Entre los discípulos de Jope había una mujer llamada Tabitá, que quiere decir «gacela». Pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas.36 Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorcás. Era rica en buenas obras y en limosnas que hacía.
37 Pero en esos días se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la colocaron en la habitación de arriba.37 Por aquellos días enfermó y murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior.
38 Como Lida está cerca de Jope, los discípulos, enterados de que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para pedirle que acudiera cuanto antes.38 Lida está cerca de Joppe, y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con este ruego: «No tardes en venir a nosotros».
39 Pedro salió en seguida con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y, llorando, le mostraban las túnicas y los abrigos que les había hecho Tabitá cuando vivía con ellas.39 Pedro partió inmediatamente con ellos. Así que llegó le hicieron subir a la estancia superior y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los mantos que Dorcás hacía mientras estuvo con ellas.
40 Pedro hizo salir a todos afuera, se puso de rodillas y comenzó a orar. Volviéndose luego hacia el cadáver, dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.40 Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró; después se volvió al cadáver y dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió sus ojos y al ver a Pedro se incorporó.
41 El la tomó de la mano y la hizo levantar. Llamó entonces a los hermanos y a las viudas, y se las devolvió con vida.41 Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva.
42 La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor.42 Esto se supo por todo Joppe y muchos creyeron en el Señor.
43 Pedro permaneció algún tiempo en Jope, en la casa de un curtidor llamado Simón.43 Pedro permaneció en Joppe bastante tiempo en casa de un tal Simón, curtidor.