Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 16


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1No desees un gran número de hijos inútiles ni se alegres de los hijos impíos.2Por muchos que sean, no te alegres de ellos, si les falta el temor del Señor.3No esperes que vivan mucho tiempo ni te sientas seguro porque son numerosos: vale más uno solo que mil y es mejor morir sin hijos que tenerlos impíos.4Con uno solo inteligente se puebla una ciudad, pero la estirpe de los hombres sin ley es arrasada.5Mis ojos han visto muchas cosas semejantes y cosas peores aún escucharon mis oídos.6En la reunión de los pecadores arde el fuego y contra la nación rebelde se enciende la ira.7El Señor no perdonó a los antiguos gigantes que se rebelaron con toda su fuerza.8No dejó sin castigo a la ciudad donde vivía Lot, a los que abominaba a causa de su orgullo.9No se apiadó de la nación condenada al exterminio. de los que fueron expulsado a causa de sus pecados.10Así trató también a los seiscientos mil soldados que se amotinaron por la dureza de su corazón.11Aunque fuera uno solo el hombre obstinado, sería un milagro que quedara impune, porque en él está la misericordia, pero también la ira, es tan fuera para el perdón como pródigo para la ira.12Tan grande como su misericordia es su reprobación: él juzga a cada uno según sus obras.13El pecador no escapará con su presa ni será defraudada la constancia de los buenos.14El tiene en cuenta cada limosna y cada uno recibirá conforme a sus obras.15[El Señor endureció al Faraón para que no lo reconociera a fin de dar a conocer sus obras bajo el cielo.]16[Su misericordia se manifiesta a toda la creación; su luz y su oscuridad las repartió a los hijos de Adán.]17No digas: «Me ocultaré del Señor, y allá en lo alto, ¿quién se acordará de mí? Entre tanta gente pasaré inadvertido: ¿quién soy yo en la inmensa creación?».18Mira: el cielo y lo más alto del cielo, el Abismo y la tierra se conmueven cuando él los visita:19las montañas junto con los cimientos de la tierra tiemblan de espanto bajo su mirada.20Pero no se reflexiona en estas cosas ¿y quién presta atención a sus designios?21Como una tempestad que se desata sin que el hombre se dé cuenta, así la mayoría de sus obras permanecen ocultas.22«¿Quién anuncia las obras de justicia? ¿Quién las espera? Porque la alianza está lejos»:23así razona el que no tiene entendimiento; el insensato, el extraviado, sólo piensa necedades.24Escucha, hijo mío, e instrúyete, presta mucha atención a mis palabras.25Revelaré mi enseñanza con mesura y expondré la ciencia con exactitud.26Por decisión del Señor existen sus obras desde el principio: desde que fueron hechas, él fijó sus límites.27El ordenó sus obras para siempre, y su gobierno por todas las generaciones. Ellas no sufren hambre ni se fatigan y nunca interrumpen su actividad.28No se chocan unas contra otras y jamás desobedecen a su palabra.29Luego el Señor fijó sus ojos en la tierra y la colmó de sus bienes.30La cubrió con toda clase de vivientes y todos volverán a ella.