Scrutatio

Mercoledi, 15 maggio 2024 - Sant'Isidoro agricoltore ( Letture di oggi)

2 Reyes 10


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Ajab tenía setenta hijos en Samaría. Jehú escribió unas cartas, y las envió a Samaría, a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de Ajab. En ellas decía:1 Tenía Ajab setenta hijos en Samaría. Escribió Jehú cartas y las envió a Samaría, a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de Ajab diciendo:
2 «Ahí tienen con ustedes a los hijos de su señor, y tienen también los carros, los caballos, una ciudad fortificada y un arsenal. Y bien, apenas reciban esta carta,2 «Así que esta carta llegue a vosotros, como están con vosotros los hijos de vuestro señor y tenéis carros, caballos, una ciudad fuerte y armas,
3 vean cuál es el mejor y el más capaz entre los hijos de su señor, siéntenlo en el trono de su padre y combatan por la familia de su señor».3 ved quién es el mejor y más justo de los hijos de vuestro señor y ponedle en el trono de su padre y pelead por la casa de vuestro señor».
4 Ellos sintieron mucho miedo y dijeron: «Dos reyes no han podido resistir delante de él, ¿cómo podremos resistir nosotros?».4 Pero ellos tuvieron grandísimo temor y dijeron: «Los dos reyes no pudieron sostenerse ante él. ¿Cómo podremos resistir nosotros?»
5 Entonces el mayordomo de palacio, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los preceptores mandaron decir a Jehú: «Somos tus servidores y haremos todo lo que nos digas. No proclamaremos rey a nadie. Obra como mejor te parezca».5 El mayordomo de palacio, el comandante de la ciudad, los ancianos y los preceptores enviaron a decir a Jehú: «Somos siervos tuyos; haremos cuanto nos digas; no proclamaremos rey a nadie; haz lo que parezca bien a tus ojos».
6 Jehú les escribió una segunda carta, en la que decía: «Si están de parte mía y aceptan obedecerme, tomen las cabezas de todos los hijos de su señor y vengan a verme mañana a esta misma hora, a Izreel». Ahora bien, los setenta hijos del rey estaban repartidos entre las personas importantes de la ciudad, que los criaban.6 Les envió una segunda carta diciendo: «Si estáis por mí y escucháis mi voz, tomad a los jefes de los hombres de la casa de vuestro señor y venid a mí mañana a esta hora, a Yizreel». (Los setenta hijos del rey estaban con los magnates de la ciudad que los criaban.)
7 Cuando recibieron esta carta, tomaron a los hijos del rey, degollaron a los setenta, pusieron sus cabezas en unas canastas y se las enviaron a Izreel.7 En llegando la carta, tomaron a los hijos del rey y degollaron a los setenta, pusieron sus cabezas en cestas y se las enviaron a Yizreel.
8 Un mensajero fue entonces a informar a Jehú: «Han traído las cabezas de los hijos del rey». El ordenó: «Expónganlas en dos montones a la entrada de la Puerta, hasta la mañana».8 Entró el mensajero y le avisó diciendo: «Han hecho traer las cabezas de los hijos del rey». Respondió: «Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta, hasta la mañana».
9 A la mañana, él salió y, puesto de pie, dijo a todo el pueblo: «Ustedes son inocentes. Yo conspiré contra mi señor y lo maté. Pero a todos estos, ¿Quién los ultimó?9 Por la mañana salió, se presentó y dijo a todo el pueblo: «Sed justos. Yo he conspirado contra mi señor y le he matado, pero ¿quién ha matado a todos éstos?
10 Sepan entonces que no caerá por tierra ni una sola palabra del Señor, nada de lo que él dijo contra la casa de Ajab: el Señor ha cumplido lo que había dicho por medio de su servidor Elías».10 Sabed, pues, que no caerá en tierra ninguna de las palabras que Yahveh dijo contra la casa de Ajab: Yahveh ha hecho lo que dijo por boca de su siervo Elías».
11 Jehú acabó con todos los que aún quedaban de la casa de Ajab en Izreel, con todos sus nobles, sus familiares y sus sacerdotes, sin dejarle ni un solo sobreviviente.11 Y Jehú mató a todos los que quedaban de la casa de Ajab en Yizreel, a todos sus magnates, sus familiares, sus sacerdotes, sin dejar ni uno con vida.
12 Luego partió y se fue a Samaría. Cuando iba por el camino, en Bet Equed de los Pastores,12 Se levantó Jehú y entró. Luego partió para Samaría y, estando de camino en Bet Equed de los Pastores,
13 Jehú se encontró con los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y dijo: «¿Quiénes son ustedes?». «Somos los hermanos de Ocozías, le respondieron, y bajamos a saludar a los hijos de la reina madre».13 encontró Jehú a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y preguntó: «¿Quiénes sois vosotros?» Ellos respondieron: «Somos los hermanos de Ocozías y bajamos a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina».
14 Entonces ordenó: «¡Captúrenlos vivos!». Los capturaron vivos y los mataron junto al pozo de Bet Equed. Eran cuarenta y dos, y no quedó ni uno solo.14 Dijo él: «Prendedlos vivos». Los prendieron vivos, y los degolló en la cisterna de Bet Equed, 42 hombres, y no dejó ni uno de ellos.
15 Jehú partió de allí, y se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que venía a su encuentro. El lo saludó y le dijo: «¿Eres tan leal conmigo como yo lo soy contigo?». Jonadab respondió: «Así es». «Si es así, dame la mano», replicó Jehú. El se la dio, y Jehú lo hizo subir a su carro,15 Partió de allí y encontró a Yonadab, hijo de Rekab, que le salía al encuentro; le saludó y le dijo: «¿Es tu corazón tan recto como el mío para el tuyo?» Respondió Yonadab: «Lo es». «Si lo es, dame tu mano». Yonadab le dio la mano, y él le hizo subir a su carro.
16 diciendo: «Ven conmigo y mira el celo que tengo por el Señor». Y lo llevó en su carro.16 Y le dijo: «Sube conmigo y verás mi celo por Yahveh»; y le llevó en su carro.
17 Al llegar a Samaría, ultimó allí a todos los que aún quedaban de la familia de Ajab: los exterminó a todos, conforme a la palabra que el Señor había dicho a Elías.17 Entró en Samaría y mató a todos los supervivientes de Ajab en Samaría, hasta exterminarlos, según la palabra que había dicho Yahveh a Elías.
18 Jehú reunió luego a todo el pueblo y le dijo: «Ajab sirvió poco a Baal; Jehú lo servirá mucho más.18 Reunió Jehú a todo el pueblo y les dijo: «Ajab sirvió a Baal un poco, Jehú le servirá mucho,
19 Ahora, convóquenme a todos los profetas de Baal, a todos sus fieles y a todos sus sacerdotes. Que no falte nadie, porque voy a ofrecer un gran sacrificio a Baal. Todo el que falte no sobrevivirá». Pero Jehú obraba con astucia, a fin de hacer desaparecer a los fieles de Baal.19 así que llamadme a todos los profetas de Baal, y a todos sus sacerdotes, sin que falte ninguno, porque tengo que hacer un gran sacrificio a Baal; todo el que falte morirá». Jehú obraba con astucia para hacer perecer a los servidores de Baal.
20 Luego dijo: «Convoquen a una asamblea solemne en honor de Baal». Así lo hicieron,20 Dijo Jehú: «Convocad una reunión santa para Baal». Ellos la convocaron.
21 y Jehú envió mensajeros por todo Israel. Entonces vinieron todos los fieles de Baal, no quedó nadie sin venir. Entraron en el templo de Baal, y el templo se llenó de bote en bote.21 Envió Jehú mensajeros por todo Israel y vinieron todos los siervos de Baal, no quedó nadie sin venir. Entraron en el templo de Baal quedando lleno el templo de punta a cabo.
22 Jehú dijo al encargado del vestuario: «Saquen las vestiduras para todos los fieles de Baal». El sacó las vestiduras.22 Dijo al encargado del vestuario: «Saca los vestidos para todos los servidores de Baal». El hizo sacar los vestidos para ellos.
23 Entonces Jehú llegó al templo de Baal con Jonadab, hijo de Recab, y dijo a los fieles de Baal: «Revisen bien, y fíjense que no haya aquí ningún servidor del Señor, sino sólo los fieles de Baal».23 Jehú vino con Yonadab, hijo de Rekab, al templo de Baal y dijo a los fieles de Baal: «Investigad y ved no haya aquí entre vosotros algún siervo de Yahveh, sino tan sólo siervos de Baal».
24 Luego entraron para ofrecer sacrificios y holocaustos. Mientras tanto, Jehú había apostado afuera a ochenta hombres y les había dicho: «El que deje escapar a alguno de los que yo pongo en las manos de ustedes, responderá por él con su propia vida».24 Y entró para hacer los sacrificios y los holocaustos. Pero Jehú había colocado fuera ochenta hombres y dijo: «El que deje escapar a uno de los hombres que yo voy a entregar en vuestras manos, responderá con su vida».
25 Y cuando terminó de ofrecer el holocausto, Jehú dijo a los guardias y a los oficiales: «¡Entren y mátenlos! ¡Que no salgo ni uno solo!». Ellos los mataron al filo de la espada y los arrojaron afuera. Luego los guardias y los oficiales llegaron hasta la ciudadela del templo de Baal,25 Cuando hubo acabado de hacer el holocausto, dijo Jehú a la guardia y a los escuderos: «Entrad y matadles. Que nadie salga». La guardia y los escuderos entraron, los pasaron a filo de espada y llegaron hasta el santuario del templo de Baal.
26 sacaron el poste sagrado del templo de Baal y lo quemaron.26 Sacaron el cipo del templo de Baal y lo quemaron.
27 Después de haber destruido el poste sagrado de Baal, demolieron su templo y lo convirtieron en una cloaca, que existe hasta el día de hoy.27 Derribaron el altar de Baal, demolieron el templo de Baal, y lo convirtieron en cloaca hasta el día de hoy.
28 Así Jehú exterminó a Baal de Israel.28 Jehú exterminó a Baal de Israel.
29 Pero Jehú no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel, a saber, los terneros de oro que había en Betel y en Dan.29 Pero Jehú no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel, los becerros de oro de Betel y de Dan.
30 El Señor dijo a Jehú: «Porque tú has obrado bien, haciendo lo que es recto a mis ojos, y has tratado a la casa de Ajab exactamente como yo quería, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación».30 Dijo Yahveh a Jehú: «Porque te has portado bien haciendo lo recto a mis ojos y has hecho a la casa de Ajab según todo lo que yo tenía en mi corazón, tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán sobre el trono de Israel».
31 Pero Jehú no se empeñó en seguir de todo corazón la ley del Señor, el Dios de Israel, ni se apartó de los pecados con que Jeroboam había hecho pecar a Israel.31 Pero Jehú no guardó el camino de la ley de Yahveh, Dios de Israel, con todo su corazón, no se apartó de los pecados con que Jeroboam hizo pecar a Israel.
32 En aquellos días, el Señor comenzó a cercenar a Israel. Jazael los derrotó en toda la frontera de Israel,32 En aquellos días comenzó Yahveh a cercenar a Israel, y Jazael batió todas las fronteras de Israel,
33 desde el Jordán hacia el Oriente: todo el país de Galaad, el territorio de Gad, de Rubén, de Manasés, desde Aroer, que está sobre la ribera del torrente Amón, y también Galaad y Basán.33 desde el Jordán al sol levante, todo el país de Galaad, de los gaditas, de los rubenitas, de Manasés, desde Aroer, sobre el torrente Arnón, Galaad y Basán.
34 El resto de los hechos de Jehú y todo lo que él hizo, todas sus hazañas, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?34 El resto de los hechos de Jehú, todo cuanto hizo, toda su bravura ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?
35 Jehú se fue a descansar con sus padres y lo sepultaron en Samaría. Su hijo Joacaz reinó en lugar de él.35 Se acostó Jehú con sus padres y le sepultaron en Samaría, y su hijo Joacaz reinó en su lugar.
36 Jehú reinó sobre Israel, en Samaría, durante veintiocho años.36 Los días que Jehú reinó sobre Israel fueron veintiocho años en Samaría.