SCRUTATIO

Monday, 4 August 2025 - San Giovanni Maria Vianney ( Letture di oggi)

Salmos 71


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 A ti, Yahveh, me acojo,
¡no sea confundido jamás!
1 Yo me refugio en ti, Señor,

¡que nunca tenga que avergonzarme!

2 ¡Por tu justicia sálvame, libérame!
tiende hacia mí tu oído y sálvame!
2 Por tu justicia, líbrame y rescátame,

inclina tu oído hacia mí, y sálvame.

3 ¡Sé para mí una roca de refugio,
alcázar fuerte que me salve,
pues mi roca eres tú y mi fortaleza.
3 Sé para mí una roca protectora,

tú que decidiste venir siempre en mi ayuda,

porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.

4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío,
de las garras del perverso y del violento!
4 ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío,

de las garras del malvado y del violento!

5 Pues tú eres mi esperanza, Señor,
Yahveh, mi confianza desde mi juventud.
5 Porque tú, Señor, eres mi esperanza

y mi seguridad desde mi juventud.

6 En ti tengo mi apoyo desde el seno,
tú mi porción desde las entrañas de mi madre;
¡en ti sin cesar mi alabanza!
6 En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;

desde el seno materno fuiste mi protector,

y mi alabanza está siempre ante ti.

7 Soy el asombro de muchos,
mas tú eres mi seguro refugio.
7 Soy un motivo de estupor para muchos,

pero tú eres mi refugio poderoso.

8 Mi boca está repleta de tu loa,
de tu gloria todo el día.
8 Mi boca proclama tu alabanza

y anuncia tu gloria todo el día.

9 A la hora de mi vejez no me rechaces,
no me abandones cuando decae mi vigor.
9 No me rechaces en el tiempo de mi vejez,

no me abandones, porque se agotan mis fuerzas;

10 Porque de mí mis enemigos hablan,
los que espían mi alma se conciertan:
10 mis enemigos hablan contra mí,

y los que me acechan se confabulan, diciendo:

11 «¡Dios le ha desamparado, perseguidle,
apresadle, pues no hay quien le libere!»
11 «Dios lo tiene abandonado: persígnalo,

captúrenlo, porque no hay nadie quien lo libre».

12 ¡Oh Dios, no te estés lejos de mí,
Dios mío, ven pronto en mi socorro!
12 ¡Oh Dios, no te quedes lejos de mí;

Dios mío, ven pronto a socorrerme!

13 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos
que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza
los que buscan mi mal!
13 ¡Queden confundidos y humillados

los que atentan contra mi vida! ¡Queden cubiertos de oprobio y de vergüenza

los que buscan mi perdición!

14 Y yo, esperando sin cesar,
más y más te alabaré;
14 Yo, por mi parte, seguiré esperando

y te alabaré cada vez más.

15 publicará mi boca tu justicia,
todo el día tu salvación.
15 Mi boca anunciará incesantemente

tus actos de justicia y salvación,

aunque ni siquiera soy capaz de enumerarlos.

16 Y vendré a las proezas de Yahveh,
recordaré tu justicia, tuya sólo.
16 Vendré a celebrar las proezas del Señor,

evocaré tu justicia, que es sólo tuya.

17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido,
y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas!
17 Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,

y hasta hoy he narrado tus maravillas.

18 Y ahora que llega la vejez y las canas,
¡oh Dios, no me abandones!,
para que anuncie yo tu brazo a todas las edades
venideras,
¡tu poderío
18 Ahora que estoy viejo y lleno de canas,

no me abandones, Dios mío,

hasta que anuncie las proezas de tu brazo

a la generación que vendrá.

19 y tu justicia, oh Dios, hasta los cielos!
Tú que has hecho grandes cosas,
¡oh Dios!, ¿quién como tú?
19 Tu justicia llega hasta el cielo, oh Dios:

tú has hecho grandes cosas,

y no hay nadie igual a ti, Dios mío.

20 Tú que me has hecho ver tantos desastres y desgracias,
has de volver a recobrarme.
Vendrás a sacarme de los abismos de la tierra,
20 Me hiciste pasar por muchas angustias,

pero de nuevo me darás la vida;

me harás subir de lo profundo de la tierra,

21 sustentarás mi ancianidad, volverás a consolarme,
21 acrecentarás mi dignidad

y volverás a consolarme.

22 Y yo te daré gracias con las cuerdas del arpa,
por tu verdad, Dios mío;
para ti salmodiaré a la cítara,
oh Santo de Israel.
22 Entonces te daré gracias con el arpa,

por tu fidelidad, Dios mío;

te cantaré con la cítara,

a ti, el Santo de Israel.

23 Exultarán mis labios cuando salmodie para ti,
y mi alma, que tú has rescatado.
23 Mis labios te cantarán jubilosos,

y también mi alma, que tú redimiste.

24 También mi lengua todo el día
musitará tu justicia:
porque han sido avergonzados, porque han enrojecido,
los que buscaban mi desgracia.
24 Yo hablaré de tu justicia todo el día,

porque quedarán confundidos y avergonzados

los que buscan mi perdición.