Scrutatio

Giovedi, 9 maggio 2024 - Beata Maria Teresa di Gesù (Carolina Gerhardinger) ( Letture di oggi)

Hechos de los Apóstoles 27


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSSAGRADA BIBLIA
1 Cuando se decidió que debíamos embarcarnos para Italia, confiaron a Pablo y a otros prisioneros a un centurión de la cohorte imperial, llamado Julio.1 Logo que foi determinado que embarcássemos para a Itália, Paulo foi entregue com outros presos a um centurião da coorte Augusta, chamado Júlio.
2 Subimos a bordo de un barco de Adramicio que se dirigía a las costas de Asia, y zarpamos. Iba con nosotros Aristarco, un macedonio de Tesalónica.2 Embarcamos num navio de Adramito que devia costear as terras da Ásia, e levantamos âncora. Em nossa companhia estava Aristarco, macedônio de Tessalônica.
3 Al día siguiente, llegamos a Sidón. Julio trató a Pablo con mucha consideración y le permitió ir a ver a sus amigos y ser atendido por ellos.3 No dia seguinte, fazendo escala em Sidônia, Júlio, usando de bondade com Paulo, permitiu-lhe ir ver os seus amigos e prover-se do que havia de necessário.
4 De allí, partimos y navegamos al resguardo de la isla de Chipre, porque soplaban vientos contrarios;4 Dali, fazendo-nos ao mar, fomos navegando perto das costas de Chipre, por nos serem contrários os ventos.
5 después, atravesando el mar de Cilicia y de Panfilia, llegamos a Mira de Licia.5 Tendo atravessado o mar da Cilícia e da Panfília, chegamos a Mira, cidade da Lícia.
6 Allí, el centurión encontró un barco alejandrino que iba a zarpar rumbo a Italia, y nos hizo embarcar en él.6 O centurião encontrou ali um navio de Alexandria, que rumava para a Itália, e fez-nos passar para ele.
7 Durante varios días, navegamos lentamente y, a duras penas, llegamos a la altura de Cnido. Como el viento era desfavorable, navegamos al resguardo de la isla de Creta hacia el cabo Salmoné,7 Por muitos dias navegamos lentamente e com dificuldade até diante de Cnido, onde o vento não nos permitiu aportar.
8 y después de haberlo bordeado con gran dificultad, llegamos a un punto llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea.8 Fomos então costeando ao sul da ilha de Creta, junto ao cabo Salmona. Navegando com dificuldade ao longo da costa, chegamos afinal a um lugar, a que chamam Bons Portos, perto do qual está a cidade de Lasaia.
9 Ya había transcurrido bastante tiempo y la navegación se hacía peligrosa, porque había pasado la época del Ayuno solemne. Entonces Pablo les advirtió:9 Passara o tempo - já havia passado a época do jejum - e a navegação se tornava perigosa. Paulo advertiu-os:
10 «Amigos, veo que la navegación no podrá continuar sin riesgo y sin graves pérdidas, no sólo para la carga y el barco, sino también para nuestras propias vidas».10 Amigos, vejo que a navegação não se fará sem perigo e sem graves danos, não somente ao navio e à sua carga, mas ainda às nossas vidas.
11 Pero el centurión confiaba más en el capital y en el patrón del barbo que en las palabras de Pablo;11 O centurião, porém, dava mais crédito ao piloto e ao mestre do que ao que Paulo dizia.
12 y como el puerto no se prestaba para invernar, la mayoría opinó que era mejor partir y llegar cuanto antes a Fenice, un puerto de Creta que mira hacia el suroeste y el noroeste, para pasar allí el invierno.12 O porto era impróprio para passar o inverno, pelo que a maior parte deles foi de parecer que se retornasse ao mar, na esperança de chegar a Fenice, para passar ali o inverno, por ser esse um porto de Creta, abrigado dos ventos do sudeste e do nordeste.
13 En ese preciso momento, se levantó una brisa del sur y creyeron que podrían realizar este proyecto. Zarparon y comenzaron a bordear la isla de Creta.13 Soprava então brandamente o vento sul. Julgavam poder executar os seus planos. Levantaram a âncora e foram costeando de perto a ilha de Creta.
14 Pero muy pronto se desencadenó un huracán llamado Euraquilón, que provenía de la isla.14 Mas, não muito depois, veio do lado da ilha um tufão chamado Euroaquilão.
15 Como el barco no podía resistir al viento, fue arrastrado y nos dejamos llevar a la deriva.15 Sem poder resistir à ventania, o navio foi arrebatado e deixamo-nos arrastar.
16 Navegando a cubierto de una pequeña isla, llamada Cauda, a duras penas conseguimos recoger el bote salvavidas.16 Impelidos rapidamente para uma pequena ilha chamada Cauda, conseguimos, com muito esforço, recolher o batel.
17 Después de subirlo, se utilizaron los cables de refuerzo para asegurar el casco de la nave. Luego, por temor de encallar en los bancos de Sirtes, se bajó el ancla, dejándola suelta, y así navegamos a la deriva.17 Içaram-no e, depois, como meio de segurança, cingiram o navio com cabos. Então, temendo encalhar em Sirte, arriaram as velas e entregaram-se à mercê dos ventos.
18 Al día siguiente, como la tormenta todavía arreciaba, los marineros comenzaron a arrojar el cargamento.18 No dia seguinte, sendo a tempestade ainda mais violenta, atiraram fora a carga.
19 Al tercer día, echaron al agua con sus propias manos los aparejos del barco.19 No terceiro dia, atiramos para fora com as nossas próprias mãos os acessórios do navio.
20 Desde hacía varios días no se veía ni el sol ni las estrellas, y la tormenta seguía con la misma violencia, de modo que ya habíamos perdido toda esperanza de salvación.20 Ora, não aparecendo por muitos dias nem sol nem estrelas e sendo batidos por forte tempestade, tínhamos por fim perdido toda a esperança de sermos salvos.
21 Como ya hacía tiempo que no comíamos, Pablo, de pie en medio de todos, les dijo: «Amigos, debían haberme hecho caso: si no hubiéramos partido de Creta, nos hubiéramos ahorrado este riesgo y estas graves pérdidas.21 Desde muito tempo ninguém havia comido nada. Paulo levantou-se no meio deles e disse: Amigos, deveras devíeis ter-me atendido e não ter saído de Creta, e assim evitar esse perigo e essas perdas.
22 De todas maneras, les ruego que tengan valor porque ninguno de ustedes perecerá; solamente se perderá el barco.22 Agora, porém, vos admoesto a que tenhais coragem, pois não perecerá nenhum de vós, mas somente o navio.
23 Esta noche, se me apareció un ángel del Dios al que yo pertenezco y al que sirvo,23 Esta noite apareceu-me um anjo de Deus, a quem pertenço e a quem sirvo, o qual me disse:
24 y me dijo: «No temas, Pablo. Tú debes comparecer ante el Emperador y Dios te concede la vida de todos los que navegan contigo».24 Não temas, Paulo. É necessário que compareças diante de César. Deus deu-te todos os que navegam contigo.
25 Por eso, amigos, tengan valor. Yo confío que Dios cumplirá lo que me ha dicho.25 Por isso, amigos, coragem! Eu confio em Deus que há de acontecer como me foi dito.
26 Pero tendremos que encallar contra una isla».26 Vamos dar a uma ilha.
27 En la decimocuarta noche, todavía íbamos a la deriva por el Adriático, cuando hacia la medianoche, los marineros presintieron la cercanía de tierra firme.27 Já estávamos na décima quarta noite, pelo mar Adriático, quando, pela meia-noite, os marinheiros pressentiram que estavam perto de alguma terra.
28 Echaron la sonda al mar y comprobaron que había una profundidad de alrededor de unos treinta y seis metros. Un poco más adelante, la echaron de nuevo y vieron que había unos veintisiete metros.28 Então, atirando a sonda, perceberam que a profundidade era de vinte braças. Depois, um pouco mais adiante, viram que era de quinze braças.
29 Temiendo que fuéramos a chocar contra unos escollos, soltaron cuatro anclas por la popa, esperando ansiosamente que amaneciera.29 Temendo que déssemos em algum recife, lançaram quatro âncoras da popa, esperando ansiosos que amanhecesse o dia.
30 Los marineros intentaron escaparse del barco, arrojando al mar el bote salvavidas, con el pretexto de soltar las anclas de proa.30 Imediatamente, os marinheiros procuraram fugir e, sob o pretexto de largar as âncoras da proa, lançaram o bote ao mar.
31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: «Si esos marineros no permanecen a bordo, ustedes no podrán salvarse».31 Paulo disse ao centurião e aos soldados: Se estes homens não permanecerem no navio, não podereis salvar-vos.
32 Entonces los soldados cortaron las amarras del bote y lo dejaron caer.32 Os soldados cortaram, então, os cabos do bote e deixaram-no cair.
33 Mientras esperábamos que amaneciera, Pablo recomendó a todos que comieran algo, diciéndoles: «Hace catorce días que están a la expectativa, sin comer nada.33 Enquanto ia amanhecendo, Paulo encorajou a todos que comessem alguma coisa, e disse: Já faz hoje catorze dias que estais em jejum, sem comer nada.
34 Les aconsejo que coman algo, porque están exponiendo su salud. Nadie perderá un solo cabello de su cabeza».34 Rogo-vos que comais alguma coisa, no interesse de vossa vida, porque nem um cabelo da cabeça de alguém de vós perecerá.
35 Después que dijo esto, tomó pan, dio gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer.35 Tendo dito isso, tomou do pão, pronunciou uma bênção na presença de todos e, depois de parti-lo, começou a comer.
36 Los demás se animaron y también comenzaron a comer.36 Com isso, todos cobraram ânimo e puseram-se igualmente a comer.
37 Eramos en total doscientas setenta y seis personas a bordo.37 No navio éramos ao todo duzentas e setenta e seis pessoas.
38 Una vez satisfechos, comenzaron a aligerar el barco tirando el trigo al mar.38 Depois de terem comido à vontade, aliviaram o navio, atirando o trigo ao mar.
39 Cuando amaneció, los marineros no reconocieron la costa; sólo distinguían una bahía con una playa, e hicieron lo posible para llevar la nave en esa dirección.39 Afinal, clareou o dia. Os marinheiros não reconheceram a terra, mas viram uma enseada com uma praia, na qual tencionavam encalhar o navio, caso o pudessem.
40 Desataron las anclas y las dejaron caer al mar; al mismo tiempo, aflojaron las amarras de los timones. Después desplegaron al viento la vela artimón y enfilaron hacia la playa.40 Levantaram as âncoras e largaram ao mesmo tempo as amarras dos lemes. Desfraldaram ao vento a vela mestra e rumaram para a praia.
41 Pero chocaron contra un banco de arena y quedó inmóvil, mientras que la popa se deshacía por la violencia de las olas.41 Mas deram numa língua de terra, e o navio encalhou aí. A proa, encalhada, permanecia imóvel, ao mesmo tempo que a popa se abria com a força do mar.
42 Entonces los soldados decidieron matar a los prisioneros, por temor de que alguno se escapara a nado.42 Os soldados tencionavam matar os presos, por temerem que algum deles fugisse a nado.
43 Pero, el centurión, que quería salvar a Pablo, impidió que lo hicieran, y ordenó que primero se tiraran al mar los que sabían nadar para llegar a tierra.43 O centurião, porém, querendo salvar Paulo, impediu que o fizessem e ordenou que aqueles que pudessem nadar fossem os primeiros a lançar-se ao mar e alcançar a terra.
44 Los demás, lo harían valiéndose de tablas o de los restos del navío. Así todos llegaron a tierra sanos y salvos.44 Os demais, uns atingiram a terra em tábuas, outros em cima dos destroços do navio. Desse modo, todos conseguiram chegar à terra, sãos e salvos.