Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Juan 21


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1Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así:2estaban junto Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.3Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.4Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.5Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?». Ellos respondieron: «No».6el les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.7El discípulo al que Jesús amaba dio a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.8Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.9Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.10Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar».11Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.12Jesús les dijo: «Vengan a comer». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres», porque sabían que era el Señor.13Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.14Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.15Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».16Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».17Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.18Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras».19De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».20Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?».21Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: «Señor, ¿y qué será de este?».22Jesús le respondió: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué importa? Tú sígueme».23Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «El no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?».24Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.25Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.