Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Isaías 7


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1En tiempos de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Aram, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar.2Cuando se informó a la casa de David: «Aram está acampado en Efraím», se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.3El Señor dijo a Isaías: «Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero.4Tú le dirás: Manténte alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Aram y del hijo de Remalías.5Porque Aram, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo:6«Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico, sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel».7Pero así habla el Señor: Eso no se realizará, eso no sucederá8aPorque la cabeza de Aram es Damasco, y la cabeza de Damasco Resín;8b–Dentro de sesenta y cinco años, Efraím será destrozado, y no será más un pueblo–.9ala cabeza de Efraím es Samaría, y la cabeza de Samaría, el hijo de Remalías.9bSi ustedes no creen, no subsistirán».10Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:11«Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».12Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor».13Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?14Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.15El se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno.16Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado.17El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no lo hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá».18Aquel día, el Señor llamará con un silbido al tábano que está en el extremo de los canales de Egipto, y a la abeja que está en el país de Asiria.19Ellos vendrán a posarse en los barrancos escarpados en las grietas de las rocas, sobre todos los matorrales y sobre todos los abrevaderos.20Aquel día, el Señor rapará con una navaja alquilada al otro lado del Río –con el rey de Asiria–, la cabeza y el vello del cuerpo; y la navaja afeitará también la barba.21Aquel día, cada uno criará una ternera y dos ovejas;22y como darán leche en abundancia, se comerá leche cuajada, porque todo el que quede en medio del país se alimentará con leche cuajada y miel.23Aquel día, todo lugar donde había mil plantas de vid, a un valor de mil siclos de plata, se cubrirá de cardos y espinas.24Allí habrá que entrar con flechas y arco, porque todo el país será cardos y espinas.25Y por temor a los cardos y espinas, tú ya no irás a todas esas montañas que se escardaban con la azada: serán un lugar donde se sueltan los bueyes y que es pisoteado por las ovejas.